El gobernador Omar Gutiérrez declaró, a través del Decreto 1689/16, la emergencia hídrica, ambiental y agropecuaria provincial por sequía. La declaración abarca el ciclo hidrológico 2016-2017 en todo el territorio de la provincia, desde la firma del decreto y por un plazo de 12 meses.

El decreto constituye un Comité de Emergencia Hídrica, Ambiental y Agropecuario por Sequía integrado por los ministerios de Energía, Servicios Públicos y Recursos Naturales; de Seguridad, Trabajo y Ambiente; de Producción y Turismo; y de Ciudadanía. Su objetivo es coordinar “todas las acciones motivo de la presente norma entre organismos del gobierno provincial”. Los integrantes serán designados por los ministros.

La norma autoriza a los ministerios de Energía, Servicios Públicos y Recursos Naturales; de Seguridad, Trabajo y Ambiente; de Producción y Turismo; y de Ciudadanía, a desarrollar “todas las acciones urgentes e inmediatas que resulten necesarias para afrontar la emergencia hídrica, ambiental y agropecuaria, como asimismo a realizar las contrataciones que sean necesarias para la adquisición de bienes de consumo y de capital, contratación de servicio y de obras, hasta los montos límites previstos en la normativa vigente”.

Fundamentos:

En los considerandos, el texto del decreto menciona la necesidad de declarar la emergencia por “carencia extraordinaria de lluvias y nevadas en todo el territorio provincial”, y sobre la base de los pronósticos de la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC) y el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco).

Se detalla que la AIC “realizó una estimación de los caudales salientes de los embalses que se mantendrían hasta fines de abril de 2017”. Esta estimación se realizó a abril porque ese mes, detalla, “constituye una transición entre un período hidrológico y otro, entre el momento en que normalmente la cuenca llega a su estado de menor contenido de humedad y comienza un nuevo ciclo de precipitaciones en cordillera; y, por otra parte, durante el mes de abril se produce el cierre de los sistemas de riego, de modo tal que se manifiesta una sustancial reducción de los requerimientos de agua”.

También se explica que “desde el pasado ciclo hidrológico abril de 2015-marzo de 2016 se mantiene un déficit en las precipitaciones registradas en las cuencas de los ríos Limay y Neuquén”, y que en el ciclo actual, durante abril “las lluvias y las nevadas alcanzaron niveles medios; en el mes de mayo y prácticamente todo junio las precipitaciones han sido débiles y escasas en las tres cuencas Alto Limay, Collón Curá y Neuquén, habiendo mejorado en julio, mes en que la precipitación media real sólo superó la media en la cuenca del río Neuquén”.

La norma considera deficiente la acumulación de nieve en la cuenca del Neuquén que no alcanza al 50% de la acumulación promedio, y que la situación de precipitaciones pluviales y niveles por debajo de la media “repercute necesariamente en la acumulación subterránea. Idéntica situación presenta la acumulación lacustre”.

La norma señala que, sobre la base de los informes técnicos de distintas dependencias, la estimación es que se registre “disminución de los caudales afluentes, disminución de la capacidad de las fuentes subterráneas, disminución de la capacidad del suelo e incremento de la probabilidad de incendios forestales y de pastizales naturales”, y que si se mantienen las condiciones actuales “se verán afectadas las tomas de captación de agua ubicadas sobre distintos cursos”.

En otro apartado, se explica que ante situaciones de sequía “aumenta significativamente la probabilidad de incendios forestales y de pastizales naturales, por lo cual es necesario adoptar las medidas necesarias para el desmalezamiento, apertura de cortafuegos y adquirir los elementos necesarios a fin de contar con los equipamientos requeridos, en tiempo y forma”.