El animal, con una pata quebrada, llegó el jueves al domicilio de un vecino del Cerro Comandante Díaz, pero ninguna autoridad se hizo cargo de asistirlo y murió, cinco días después. El cuerpo, que nadie retiró del patio de la casa, fue trasladado por el mismo hombre al medio de la ruta, para forzar que alguien se hiciera responsable de la situación.

18 Oct 2017
    

El jueves por la tarde, una yegua herida, con una pata trasera quebrada, en estado de gravedad, ingresó en el terreno de un vecino del Cerro Comandante Díaz, en jurisdicción de la Comunidad Mapuche Curruhuinca.

El hombre, llamado G. Salamanca, conocedor de la dificultad de acción de las distintas fuerzas en la mencionada zona, se puso en contacto rápidamente con todas las opciones disponibles que pudieran prestar asistencia en un caso como este: Defensa Civil, Parque Nacional Lanín, el Lonko Ariel Epulef y Guardas Ambientales, pero ninguno respondió.

“Llamé a todas las autoridades, pero nadie apareció hasta ayer a la mañana, cuando el animal, después de sufrir 5 días, murió a causa de sus heridas”, lamentó, en el origen de un nuevo problema: ¿Quién se haría cargo ahora de remover el cadáver?

De acuerdo al PNL, el aviso fue recibido este martes por la mañana, y fue en ese entonces cuando personal de Guardaparques se acercó al lugar y constató el fallecimiento de la yegua, asegurando que contactarían al Lonko Epulef para las respectivas diligencias.

“Le avisé yo a Epulef, le mandé audios de Whatsapp viernes y sábado y los escuchó, pero no contestó”, expresó con indignación Salamanca, que dedicó días enteros al cuidado del animal: “Quise contactar a un veterinario para que terminara con el sufrimiento, pero  me pedían que estuviera el dueño presente, nadie se hacía cargo de nada”.

Cansado de los llamados en vano y de la falta de sensibilidad e inacción de las autoridades, imaginando que por la noche, cuando él se retirara del domicilio, el cadáver de la yegua sería destrozado por los perros del barrio, el vecino decidió tomar una decisión que forzara la asistencia de las autoridades: subió el cuerpo a la parte trasera de su camioneta y lo depositó en medio de la ruta, camino a Puente Blanco.

“Lo dejé ahí, atravesado en el camino a Puente Blanco y llamé a la policía. Les dije que lo iba a depositar en la calle, que no iba a poder pasar el colectivo, nada, porque no quería que los perros se lo comieran en mi patio. Es lamentable, pero si no hacía eso, iba a estar toda la noche en casa”, finalizó Salamanca.

Pasadas las 18, efectivos de la Policía se acercaron al lugar, de acuerdo al relato de testigos, constataron que la yegua continuaba en la ruta, y procedieron a correrla sobre una banquina, para que no interfiriera el tránsito. 

Dos horas más tarde, un nuevo móvil de la Comisaría 23 asistió al lugar para labrar un expediente sobre la situación y entrevistó al vecino Salamanca, quien dejó asentadas todas las áreas que participaron y que intentó contactar, aunque sin dar una solución al tema. 

Fue mediante la intervención del Comisario Rolando Ortiz que se coordinó finalmente con Defensa Civil para el retiro del cuerpo, que debería ocurrir en las primeras horas de esta mañana, tras una semana de idas y vueltas.

Triste final el del animal, sentenciado por la más genuina burocracia, siendo un problema igual de grande estando vivo, como muerto.