Una denuncia particular destapó un problema muy grave creado por el gobierno municipal con colaboración de varios organismos e instituciones.

12 Oct 2017
    

De repente, los vecinos de Vega Chica, Chacra 4 y Villa Paur encuentran su salud, sus propiedades y hasta sus vidas en peligro tras el descubrimiento del accionar del gobierno municipal.  Se trata de un problema que, de solucionarse como quiere el municipio, afectará a todos los habitantes de esta ciudad.

Todos los residuos de poda tras el temporal fueron acumulados por el gobierno municipal, el regimiento y gendarmería, en el Lote 29 sobre la Ruta 48 y en el aeródromo del regimiento, que está pegado a Vega Chica y Chacra 4. Ahí no hay cortafuegos, y el gobierno lo sabe. Hay un retamal, numerosos pinos y álamos, y el gobierno lo sabe. Está justo ahí la planta de tratamiento de efluentes cloacales, y el gobierno lo sabe. Hay viviendas muy cerca, y el gobierno lo sabe. Lo sabe y lo ocultó, hasta que, el viernes, tras una denuncia de una vecina en la Defensoría del Pueblo y del Ambiente, se destapó el gran problema. Los últimos datos arrojan un total de 150.000 metros cúbicos de residuos, repartidos entre ambos lugares.

Manejo del Fuego y la Dirección de Bosques lo afirmaron: es un polvorín. Por eso, el viernes pasado, inmediatamente luego de la denuncia particular, decidieron suspender la quema. Hasta entonces, quemaban cerca de 50 metros cúbicos por día.

El lunes, la intendente Brunilda Rebolledo convocó a un Comité de Emergencias integrado por Iván Miño, secretario de Obras y Servicios Públicos; Esteban Bosch, director de Defensa Civil; Marcelo Mazzuchelli , Director de Bosques Nativos de la Provincia; representantes del Plan de Manejo del Fuego, del Regimiento de Caballería de Montaña 4, de Gendarmería Nacional, del Parque Nacional Lanín y de Bomberos Voluntarios.

El tiempo para quemas controladas se acaba el 15 de octubre.

No importa. Se ve que al Comité de Emergencias convocado por el municipio ya nada le importa porque decidieron quemar todo.

Quieren quemar en dos semanas 150.000 metros cúbicos. Esa cantidad de residuos de poda es equivalente a lo que consumen de leña 1000 familias en un año entero.

Un incendio forestal “controlado”

La decisión del comité está tomada: reventar el polvorín.

Los responsables ¿saben cuál es la magnitud del incendio que planean controlar? ¿Saben que hay cientos de viviendas y especies vegetales y animales en peligro? ¿Saben que el humo llegará hasta el aeropuerto y, si no hay viento, quedará estacionado en todo el valle de la ciudad? ¿Saben que no pueden controlar ese fuego, ese humo y esas brasas que volarán cuando enciendan todos los residuos?

Además de las montañas de ramas ¿hay algo más? ¿Algún otro tipo de residuos? ¿Será verdad que la Cooperativa de Agua tiraba los barros residuales de la planta de tratamiento en el mismo lugar del Regimiento donde luego acumularon todos los residuos vegetales?

Ya varios médicos aseguraron que la exposición a semejante cantidad de humo es altamente peligrosa para la salud de todos, pero especialmente para los bebés, niños, asmáticos y alérgicos. Y más peligrosa aún puesto que no sabemos exactamente qué más hay en esas montañas de residuos.

El municipio, ¿consultó en Salud Pública cuáles son los riesgos?

Preguntas que necesitan respuestas

Quien escribe esta nota sabe del peligro que significan el fuego y el humo tanto para las propiedades, como para la naturaleza, como para las vidas de cada uno: soy vecina de Vega Chica, mi barrio es parte de una reserva natural, hábitat de numerosas especies de aves. Mi casa y las de mis vecinos están en peligro, los árboles y los animales de la reserva están en peligro, y yo también, pues soy alérgica al humo. Una exposición prolongada a ceniza volcánica y humo me dejó con este problema de salud.

No quiero que nadie más termine así, sin poder disfrutar de un asado, sin poder caminar en invierno por la ciudad debido al humo de las chimeneas…

Hace días que duermo poco y me despierto angustiada, sin saber si van a quemar, ahí, junto a mi barrio. Hace tiempo que miro por la ventana y veo pasar los camiones cargados de residuos. Y no sé cuándo van a empezar a quemar, y no sé si voy a poder respirar. ¿Saben la intendenta y los miembros del Comité lo que es no poder respirar?

Entendiendo entonces que hay un altísimo peligro de incendio, de impacto ambiental y de daños graves para la salud, ya que el fuego y el humo van de la mano, es que pregunto a la señora intendenta y a todo el Comité de Emergencia:

¿Saben del peligro que significan el fuego y el humo?

¿Pensaron en quienes viven cerca de donde quieren hacer las quemas?

Les preocupa que el humo llegue al aeropuerto (imagínense la magnitud de la quema), pero ¿no les preocupa, además del peligro de incendio, la seguridad vial, y los turistas que vendrán y se encontrarán con la ciudad sumida en una hoguera?

¿Cómo piensan controlar las brasas que vuelen?

¿No les preocupa la salud de todos, pero especialmente de los bebés, de los niños, de las embarazadas, de los viejitos y de todos aquellos que padezcan enfermedades respiratorias?

¿Saben del peligro de intoxicación?

¿Y las aves? no, claro, cómo van a pensar en los pajaritos. La naturaleza tampoco es contemplada por este gobierno y este Comité, porque ni siquiera hicieron un estudio de impacto ambiental.

¿Pensaron qué hacer con los restos de la quema? ¿o las cenizas se las llevará el viento?

¿Por qué, cuando la Dirección de Bosques “descubrió” la cantidad de residuos decidió frenar las quemas “controladas”, y luego junto al Comité decidieron a las apuradas quemar todo junto?

¿Por qué, si en una quema “controlada” se queman cerca de 50 metros cúbicos por día, de repente quemarían 150.000 en dos semanas?

¿Se imaginaron el tamaño del incendio? ¿Aún no se dan cuenta que es un disparate pretender controlarlo, estando en el medio de la ciudad?

¿Pensaron en algún momento, los integrantes de este Comité, en otra opción que no sea quemar?

¿Por qué no comunicaron a la sociedad cuál era el problema antes de hacernos saber cuál era su apresurada resolución?

¿Podemos confiar en la decisión de este Comité?

¿Tienen planes de evacuación? ¿Pagarán el hotel de los afectados mientras duren las quemas, tal como ofreció por teléfono la intendenta a mi familia?

¿Están dispuestos a asumir cualquier tipo de consecuencia que esta decisión pueda tener?

Hay más preguntas para hacer a este gobierno y a este Comité. Cada uno está en su derecho de preguntar y de reclamar.

Somos habitantes, vecinos, ciudadanos de San Martín. Esperamos que el gobierno actúe para el bien de todos, que vele por el bienestar y la salud de cada uno de nosotros.

Pero cuando no lo hace, tenemos que reclamarle y recordarle para quienes gobierna.

150.000 metros cúbicos de residuos vegetales no se juntaron solos. Los responsables tienen nombre y apellido: las mismas personas que se reunieron en el Comité de Emergencia son quienes decidieron acumular los residuos sin ningún plan.

Un caso particular puede ayudar a descubrir graves problemas: se supo cuál era la cantidad de residuos y se supo que no sabían qué hacer con ellos.

Y ahora ya no es solamente una persona en peligro.

La denuncia empezó por mí. Ahora es por todos.

Estamos a tiempo de frenar este desastre.

¿Estamos a tiempo?

 

Columna de María Luciana Cabot Guerrero

DNI: 37149638