Por su difícil identificación, consiste en una de las principales causas de muerte por envenenamiento, para todas las edades, a nivel mundial.

19 Jun 2018
    

Con la llegada de las bajas temperaturas también se evidencia un lamentable incremento en los fallecimientos a causa de intoxicación por monóxido de carbono.

Se trata de una las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades a nivel mundial, situación a la que Argentina y nuestra región no son ajenas.

Así lo aseguró incluso la Dirección de Epidemiología del ministerio de Salud neuquino y el Área de Toxicología del Servicio de Emergencias Médicas del Hospital Provincial Neuquén, desde donde confirmaron que, en lo que va del año,  se registró un aumento en la cantidad de casos de intoxicación por CO, en relación con el mismo período del año pasado.

El monóxido de carbono es un gas tóxico, menos denso que el aire y que se dispersa con facilidad. A su alta toxicidad, se suma la peligrosidad de pasar desapercibido por ser inodoro, incoloro y no irritar las mucosas. Por este motivo es que la ventilación de los ambientes es la medida más efectiva para todos los tipos de calefacción.

El uso de artefactos de gas defectuosos o mal instalados, las fuentes de calefacción en ambientes que no están bien ventilados, la exposición a gases de motor en ambientes cerrados y la inhalación de humo en el transcurso de incendios son los principales agentes responsables de intoxicaciones por CO, ya que el mismo es el resultado de la combustión incompleta del gas (de red, garrafa, calefón, termotanque, estufas, cocina, etc.) o combustible orgánico (leña, querosén, nafta, plásticos, etc.).

Es importante reiterar que la mayoría de los casos son prevenibles y evitables, tan solo manteniendo los siguientes recaudos:

 

  • Tener ventilación permanente en cada ambiente calefaccionado.
  • Instalar estufas de tiro balanceado.
  • Evitar las infrarrojas, catalíticas y braseros.
  • En caso de usar estufas y braseros: apagarlos SIEMPRE antes de irse a dormir.
  • No arrojar al fuego plásticos, goma o metales.
  • No instalar calefones/termotanques en el baño o espacios mal ventilados.
  • Controlar anualmente los artefactos por gasista matriculado.
  • No encender motores a combustión en lugares cerrados (autos, grupos electrógenos, motosierras, etc.).
  • No calentar su hogar con el horno o las hornallas.

 

A su vez, es importante poder reconocer los síntomas que se presentan cuando se produce una intoxicación:

 

  • Dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, zumbidos en los oídos.
  • Dificultad para concentrarse, convulsiones.
  • Desmayo.
  • Dolor de pecho, falta de aire, dificultad para respirar.
  • Náuseas, vómitos, dolor abdominal.
  • Debilidad/dolor muscular.

 

Ante cualquier eventualidad es necesario pedir ayuda de inmediato al número 107 de emergencias médicas, retirar a la persona hacia un lugar ventilado, y abrir puertas y ventanas.

En todos los casos hay que concurrir al centro asistencial más cercano para recibir atención, ya que el tratamiento adecuado evita complicaciones y secuelas que pueden aparecer varias semanas o meses después.

En caso de incendio, se recuerda que existen números de teléfono sin cargo al cual se puede llamar: Bomberos (100) o Policía (101).