Los turistas chilenos se caracterizan por cierta desaprensión a la hora de cumplir las normas de tránsito vigente. Sin embargo una vez sancionados se ocupan presurosos de abonar dicha multa.

10 Feb 2011
    

El setenta por ciento de los turistas trasandinos que reciben multas por infracciones de tránsito las pagan antes de abandonar el país. Por su parte el 20 por ciento restante consultan una vez llegados a sus hogares cómo saldar la deuda,  mientras que el restante 10 por ciento pasa a la columna de incobrables.

Según las fuentes consultadas por SANMARTIN a diario más allá de lo que en principio parece cierta desaprensión por cumplir las normativas de tránsito vigente, una vez que son multados e informados de dicha situación, los visitantes trasandinos se ocupan de comparecer ante el Juzgado Municipal de Faltas, ya sea para hacer el descargo correspondiente o, para pagar la multa en cuestión.

En algunos casos tras su presentación ante las autoridades judiciales, indican su voluntad de pago una vez que lleguen a su país, por lo que tiempo después consultan vía mail o envían a algún familiar o amigo a realizar dicho trámite.

Sin embargo hay quienes pagan en el momento tras recibir la sanción correspondiente, las que como ya se indicó, en un 90 por ciento de los casos están vinculadas a mal estacionamiento.

Si por algún motivo el visitante afirma no poder pagar la infracción en ese momento  solicitan información de cómo abonar dicho importe desde alguna ciudad chilena, tema éste que luego hacen a través de una transferencia o depósito interbancario.

Las fuentes señalaron que a la hora de explicar el motivo por el cual cometen infracciones tan obvias como la de estacionar en contra mano,  los automovilistas chilenos afirman que “en su país está permitido, cosa que en principio no sería del todo cierta y que en el peor de los casos es fácilmente deducible  al notar que una cuadra de vehículos estaciones justamente en la dirección opuesta ala cual él la está haciendo”.

A esto se suma también el hecho de que “el desconocimiento de una ley o normativa, no avala el incumplimiento de la misma”.

Lo cierto es que según los registros oficiales, parece que los automovilistas chilenos, son mejores pagadores que conductores.