El concejal de Unidad Ciudadana, Martín Rodríguez, aseguró que “para el Gobierno Municipal no era prioritario terminar esta obra” y que, de ahora en más, el desafío será “formar un espacio de gestión pública, con participación y responsabilidad del Estado, sin filtro en el valor de la entrada, para que pueda ingresar cualquier vecino”.

06 Sep 2017
    

El jueves pasado, en la última sesión del Deliberante local, se aprobó por unanimidad el comodato solicitado por la Asociación Arte y Cultura en Patagonia (ARCUPA), para administrar por un periodo de 20 años el terreno destinado para la construcción de la Casa de la Cultura de nuestra ciudad, con la intención de poder acceder a una línea de financiamiento para la pronta concreción de su obra.

En diálogo con Radio Fun, el Concejal de Unidad Ciudadana Martín Rodríguez, repasó brevemente la historia que atravesó el terreno hasta llegar a este punto y precisó que, pese a que “lo que todos deseamos es que el Estado construya los espacios culturales y públicos para el desarrollo y crecimiento de la cultura, en este caso no solo no fue así, sino que el Gobierno Municipal planteó que no era prioritario terminar esta obra”.

El Concejal recordó que “el proyecto arrancó en nuestro gobierno, con muchísimo esfuerzo por intentar construir lo que se construyó. Logramos el financiamiento, pero el primer volcán que tuvimos hizo que se derivaran los fondos y nos tocó arrancar una obra que estaba certificada más que lo que la realidad física indicaba, hasta llegar a lo que es hoy, con un 40% de compleción, que es lo que dicen los informes técnicos”.

“Se pensó ese espacio para la cultura”, reiteró Rodríguez: “Se logró avanzar hasta donde se avanzó, pero no logramos terminar la obra como Estado municipal. Después vino un debate, donde se votó una Ordenanza para desafectar a ese espacio como espacio de la cultura, con nuestro bloque como el único opuesto. Producto del revuelo, se movilizaron los hacedores culturales y la Intendente lo vetó y recuperamos un espacio de la cultura que se quiso volcar hacia otra función, otro uso”.

Según aseguró el Edil, “en aquel momento, cuando los hacedores culturales lograron la decisión del veto, hubo un segundo mensaje por parte del gobierno municipal, que en prioridad de obtención de fondos, los de la Casa de la Cultura eran los número 10 mil. Esa es una forma de categorizar las prioridades que ocupa la cultura en el Gobierno”.

“Se instó durante mucho tiempo al Municipio a conseguir los fondos”, continuó el Concejal, y precisó que la Ordenanza “habilita a que ARCUPA pueda hacer esta gestión por 5 millones de pesos para la obra, frente al Instituto Nacional del Teatro”.

Luego de conseguido el dinero, aseguró que “el ideal será que vayamos a un escenario de administración pública, con participación del Estado; imagino un Consejo de Administración de la Casa de la Cultura, donde compartan la responsabilidad tanto los hacedores culturales organizados como el Estado municipal, que garantiza que todos podamos entrar, recibir beneficios y ser parte de la Casa de la Cultura”.

Expresando su apoyo al comodato otorgado, indicó que la cesión implicará que el terreno “deje de ser un depósito de ramas y la prioridad 10 mil del Municipio”, ya que significará “obtener fondos, avanzar sobre la obra e ir desarrollando en cómo pensamos la gestión, ya que bajo ningún aspecto el estado municipal se puede desentender de estas cuestiones”.

Para concluir, el Concejal aseguró que “el aporte de productores cultuales es para sumar, como energía, sobre todo cuando un gobierno te dice que es su prioridad diez mil la de concretar esta obra (…)  Como ciudad tenemos que entender que tenemos debemos terminarla y dotar a la ciudad de un nuevo espacio, aunque seguirán faltando más, en los barrios periféricos, para que deje de ser una ciudad injusta en donde las veredas, asfalto, espacios de cultura y cajeros se encuentran centralizados en el 20 por ciento del ejido”.