Pueblos originarios donando tierras. El proyecto de ley para construir un barrio intercultural en Neuquén propuesto por la diputada Nanci Parrilli en 2004 ya fue votado por el Senado y aprobado por tres de las cinco comisiones que tratan el tema en Diputados. De concretarse, 250 familias de la Asociación Vecinos Sin Techo y Por Una Vivienda Digna de San Martín de los Andes recibirán casi 100 hectáreas de manos de la comunidad mapuche curruhuinca. Son tierras ubicadas dentro del Parque Nacional Lanín y que fueron otorgadas al Ejército Argentino en 1943 por medio de un pseudo comodato que nunca se firmó.
“Desarrollar la interculturalidad entre el pueblo pobre y el Pueblo Mapuche.” Y hacer historia. El primero de los lemas figura entre los objetivos del proyecto que ingresó a la Cámara de Diputados a fines de abril de 2010. El segundo de los lemas es la visión periodística del hecho dado que marcaría un antecedente hasta ahora inédito y posibilitaría la construcción del primer barrio de dominio comunitario, una figura sólo permitida para los pueblos originarios. El proyecto acaba de recibir esta semana el visto bueno de la comisión de Población de la Cámara de Diputados. Así, tres de las cinco comisiones ya votaron a favor. Sólo resta que las imiten las de Presupuesto y Medio Ambiente. Las partes interesadas esperan que se sancione antes de fin de año.
La iniciativa de la legisladora Nanci Parrilli propone transferir a título gratuito tierras de la Administración de Parques Nacionales en propiedad comunitaria a la Agrupación Mapuche Curruhuinca y el establecimiento de un barrio intercultural en el inmueble de propiedad comunitaria. Asimismo, la ley prevé que Parques Nacionales traspase al municipio de San Martín de los Andes más de 31 hectáreas que serán destinadas a emprendimientos deportivos, culturales, educativos y de esparcimiento que dejarán de formar parte del Parque Nacional Lanín.
Durante la primera etapa del proyecto, se emplearán 49.479 hectáreas para unas 250 familias. La segunda etapa ocupará otras 27.249, para las cuales ya están anotadas otras 150 familias. Otro sector, de 13 hectáreas y media, se destinarán a un albergue estudiantil y el Ejército Argentino mantendrá casi 20 hectáreas.
Entre los fundamentos del proyecto, Parrilli reconoce “la significativa importancia de la creación del primer barrio intercultural del país, en la búsqueda de una solución solidaria a un problema común de los habitantes de nuestra provincia, que es albergar a las familias de Neuquén bajo un techo digno. Si somos capaces de lograrlo, habremos demostrado una vez más que existen otras formas de solución a los conflictos de tierra y viviendas. Formas solidarias, sustentables para el hombre y para el ambiente, no importa su procedencia, su origen étnico ni su condición social.”
Parrilli dijo a Tiempo Argentino que hace nueve años que los vecinos trabajan para la concreción de la iniciativa que calificó como “un barrio sustentable que aprovechará el barro y otros materiales de la zona para respetar el ecosistema”. La legisladora también informó que mantuvo reuniones con el titular local de ENARSA “para orientarlos acerca del uso de las energías alternativas”. Los vecinos no serán titulares de las tierras y, además, financiarán la urbanización con el 10% de sus salarios. La Unidad de Preinversión (UNPRE) del Ministerio de Economía aportará parte del proyecto ejecutivo.
El pueblo mapuche ya posee 11 mil hectáreas en Neuquén. Viven alrededor de 2000 habitantes de esa etnia aunque no se pueden determinar números precisos dado que esa provincia es una de las que incumple con la Ley 26.160, de relevamiento territorial.
Fidel Colipán, Huerquén de la Confederación Mapuche Argentina, expresó a Tiempo: “Esto tiene que ver con una idea que viene a romper con la vieja estructura de creer que el poder político va a resolver estos problemas. En estos últimos años, se ven imposibilitados por el poder económico y por eso no existe la voluntad política para hacerlo.”
Martín Rodríguez, viceintendente del Parque Nacional, compartió otra interpretación: “Este proyecto, para San Martín de los Andes, que tiene la especulación inmobiliaria como principal objetivo, significa sacar ese lote del mercado y entender la tierra desde otro concepto. Es una excelente estrategia de conservación también como freno para la presión urbana.”
El 18 de mayo de 2004, el intendente Jorge Carro declaró la emergencia habitacional en la ciudad. La medida fue corroborada por el Concejo Deliberante y ratificada cuatro años más tarde. A partir de ahí, se aunaron esfuerzos para alcanzar el doble objetivo: satisfacer la demanda habitacional y efectivizar la restitución territorial a los indígenas.
Roberto Arias, uno de los fundadores de la comisión de vecinos sin techo, contó que las familias que resulten beneficiadas ya están trabajando con la planificación y organización del barrio. Ellos, además, construirán caminos y viviendas. “Son familias de los barrios más humildes de San Martín, muchos de ellos trabajadores de la construcción y docentes que quedaron relegados a los lugares más inhóspitos porque aquí, la tierra, es un bien de lujo. Al punto que somos 35 mil habitantes y existen 42 inmobiliarias”, explicó Arias y finalizó: “Desde la comisión decimos que hay un sujeto social de cambio que es el pueblo pobre y en esa figura nos reconocemos.”