Durante el incendio de la Escuela del Sol la totalidad de los bomberos voluntarios estuvieron trabajando toda la noche para intentar sofocarlo. Pero en un momento dado se quedaron sin el recurso más importante: el agua.
Una vez más, como pasa muchas veces en nuestro país, debemos sufrir una tragedia para que nos demos cuenta de la real necesidad que la comunidad sufre. Porque no son únicamente los bomberos. Es la comunidad toda, la que sufrió la falta de un camión cisterna que hubiera podido proveer de agua a los bomberos para sofocar el incendio, sin tener que preocuparse de tener que ir a sacar agua desde el lago (porque estaba “cerca”) ocupando recurso humano para esa tarea, en lugar de estar trabajando en el siniestro.
Es que al momento de querer obtener agua de las válvulas hidrantes de la esquina de la escuela, la misma no tenía la presión necesaria para poder sofocar las llamaradas de más de 15 metros de altura, por lo que hubo que destinar cuadrillas del ICE y de Bosques para que sustrajeran el agua del Lacar.
Un camión cisterna con capacidad de 10.000 litros le hubiera dado a los bomberos la cantidad de agua necesaria para atacar el incendio con la presión necesaria, y verter, desde la boca de incendio (válvula hidrante) el agua al camión cisterna para abastecerlo y así tener – justamente – agua para apagar el incendio.
Presión
Desde la Cooperativa de Agua, Alejandro Echanis, gerente técnico, explicó que la presión de agua que existe en el casco céntrico es superior a la media de cualquier lugar de la ciudad por efecto de la gravedad, pero que no es la suficiente para apagar un incendio, y menos aún uno de las características como el que consumió el edificio escolar.
Técnicamente Echanis explicó que la presión que tiene el sistema de provisión de agua en el centro de la ciudad alcanza entre los 3 y 3,5 kilos. “Esto responde a un tema de física hidráulica, la red de distribución está dotada de válvulas de incendios de 63 mm de diámetro, y como el sistema trabaja a gravedad, donde estamos alrededor de los 3,2 kilos de presión, y el caudal que puede brindar una válvula de ese diámetro está en el orden de los 600/700 litros por minuto. Obviamente y por la magnitud de incendio de ayer, el agua que sale por esa boca de incendio está por debajo de la necesidad de los bomberos.”
Lo que se ratifica, con esta explicación, es que los bomberos necesitan tener mayor reserva de agua – en un cisterna – para pueden enviar el agua presurizada con sus bombas según la necesidad que tengan, y extraer de la red el agua para provisionar el tanque de reserva y no para utilizarlo directamente en el ataque del fuego.
“Todo el sistema de San Martín y me arriesgo a decir del país, están dotados con este diámetro (de válvulas). Son sólo válvulas de provisión. Lo que los muchachos de bomberos necesitan son camiones cisterna”, concluyó Echanis.