La iniciativa es propulsada por “Cine Itinerante” un grupo de personas interesadas por el cine en todas sus formas, los diferentes géneros, estilos, historias y temáticas. Siempre abiertas y gratuitas para toda la comunidad. Puede contactarse por Facebook (Cine itinerante smandes).
Que esta historia esté “inspirada en hechos reales” -el caso de Marcelo “Marilyn” Bernasconi, que en 2009 sacudió a la localidad de Oliden, cerca de La Plata- tiene poca importancia. Porque no necesita ningún anclaje con la realidad para resultar verosímil. Construida con gestos, miradas y silencios antes que proclamas, la opera prima de Martín Rodríguez Redondo conmueve más allá de que su protagonista haya aparecido en los diarios alguna vez.
La historia se centra en Marco y su familia que son puesteros de una estancia. Mientras el padre y hermano hacen las tareas más pesadas, Marco se queda en la casa con su madre, Todos tienen pensado un futuro para él, pero Marco sólo espera la llegada del Carnaval, donde podrá mostrarse a todos tal cual se siente. La repentina muerte del padre deja a la familia en una situación vulnerable. El patrón del campo los presiona para que se vayan y la madre, a su vez, presiona a Marco para que se ocupe del campo. Apodado Marilyn por otros adolescentes del pueblo, es objeto de deseo y discriminación. En un clima creciente de opresión, acorralado por su familia y su pueblo, Marcos se verá confrontado a la imposibilidad de ser quien quiere ser. Pero tal vez lo que más diferencie a Marilyn de otras películas de la misma temática sea que el sometimiento viene por partida doble: la intolerancia sexual va a la par de la opresión de clase. Porque Marcos es gay pero, ante todo, es pobre, y ese sí que es un pecado imperdonable.