Al principio se creyó que había sido un arma de fuego, luego se dijo que era una ballesta lo que un alumno de primer año del CPEM 13 había llevado a la escuela. Si bien el alumno accedió a ser revisado sin resultados positivos fue separado preventivamente de la institución.
La directora Nora Barroso explicó que su abuela y tutora confirmó la existencia de una ballesta en la casa, pero no pudo asegurar que el alumno la hubiera llevado a la escuela. La decisión del establecimiento educativo fue la derivación inmediata al área de psicosocial del hospital y a desarrollo social.
“El niño vive con su abuela y efectivamente manifiesta que había una ballesta, pero otros (alumnos) manifiestan que había un arma de fuego, pero a nosotros no nos consta. Dimos intervención al área de psicosocial del hospital e hicimos la derivación desarrollo social, porque consideramos que el niño necesita atención profesional”, aseguró la titular de la institución.
Si bien el episodio sucedió hace unos quince días, se dio a conocer días pasados. El niño debió reincorporarse el 6 de mayo a la escuela, luego de la suspensión, “conversamos nuevamente con la abuela y de la charla se desprende que el alumno deja de concurrir al CPEM 13, o sea que es un niño que no está escolarizado.”
En tanto la directora de la escuela quiere llevar tranquilidad a la comunidad educativa; “nosotros actuamos como escuela, primero preservando a la institución, a los alumnos, a los compañeros del chico y por supuesto, al niño porque estamos hablando de un menor de edad; ante tanta confusión actuamos como se procede en estas situaciones, la respuesta que damos son siempre pedagógicas”, explica Barroso.
Finalmente indicó que este episodio fue el primero que ocurre en la institución, y agregó “que los papás del CPEM13 se queden completamente tranquilos, porque nosotros directivos si sucede algo actuamos de inmediato”, afirmó la directora Nora Barroso.