El análisis de las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, revela que prácticamente la mitad de las madres deja de amamantar a su hijo una vez finalizada su licencia por maternidad. Por diferentes razones no pueden compaginar la vida laboral con la lactancia de su hijo. Sin embargo, es mucho más práctico que andar con mamaderas. ¿No?
FA: Sin dudas, la teta, además de ser lo más sano, es lo más práctico. Nada de andar trayendo y llevando mamaderas, lavándolas, esterilizándolas, calentándolas, enfriándolas, nada. La teta está siempre a la temperatura ideal y va con nosotras a todas partes. Por otro lado, la lactancia es siempre lo más económico: las leches “maternizadas” son carísimas y nunca suplantan a la verdadera leche materna. Porque, a través de la teta de su mamá, el bebé va recibiendo todas las defensas que necesita en sus primeros meses de vida, y no hay ninguna fórmula de ninguna marca de leche que lo pueda brindar. Finalmente, más allá del beneficio para la salud “física”, amamantar es muy importante en el aspecto relacional, psicológico. El vínculo que la lactancia establece entre madre e hijo es verdaderamente especial. Las madres que han amamantado a sus hijos lo saben bien: ese momento es único.
Durante la lactancia, ¿Los pezones requieren algún cuidado especial?
AF: Los días anteriores al parto, hay que verificar que los pezones no estén umbilicados. O sea, hay que vigilar que no estén “hacia adentro”, lo cual sucede muy raramente. De ser así, la solución es muy sencilla: se toma el pezón entre los dedos índice y pulgar, y con unos suaves masajitos, como si estuviésemos dando cuerda a un reloj. Si de ese modo el pezón no se “normaliza”, también se puede recurrir a la ayuda de un saca leche, o una jeringa que haga un poco de succión.
Una vez que ha nacido el bebé y se prende a la teta, hay que regirse por la sigla ALAS: Aire, Lubricación, Agua y Secos.
Aire: por medio natural o con escudos aireadores. El pezón debe estar siempre seco, y en la medida de lo posible, expuesto al aire. Para secarlo, cuando después de dar de mamar queda mojado, se puede utilizar el secador de pelo o apantallarlo. Para que estén al aire, se pueden agujerear las tazas del corpiño (o bajar la tapa del corpiño de amamantar) o usar escudos o casquillos aireadores del pezón, que alejan la mama del corpiño y permiten que la piel respire. Por eso conviene utilizar corpiños de algodón, no sintéticos.
Lubricación: Con calostro o crema de caléndula.
Agua: El agua limpia y preserva la grasa natural de los pezones. No es necesario usar jabón para limpiarlos.
Sol: Tomar sol directamente en los pezones 15 minutos por la mañana y 15 minutos por la tarde. Hacerlo en los horarios de exposición recomendados: de 9 a 10 y de 17 a 18 horas, algo que en estas latitudes y en época invernal, se complica bastante, pero, en la medida de lo posible hay que procurarlo, aunque sea un rato. .
Estas son las prevenciones que hay que tomar. Son sencillas y realizables. No hacen falta productos especiales ni cosas raras. Hay mucho mito alrededor de este tema. Lo importante, conviene recordarlo, es esa sigla: ALAS.
Si, a pesar de todos los cuidados preventivos, los pezones se agrietan, ¿qué hay que hacer?
AF: Lo primero es prestar atención a la prensión del bebé al pecho, porque es él quien lastima al pezón. Entonces, ante los primeros síntomas de dolor o sensibilidad en los pezones, o si estos se ponen colorados, hay que verificar la posición en la que el bebé se prende a la teta para lograr una buena adhesión boca-pecho. Para lograr esto hay que enfrentar al bebé con el cuerpo de la mamá (panza con panza), con su cabeza alineada con el cuerpo y el mentón apoyado sobre la mama.
La boquita tiene que estar bien abierta, cubriendo toda la areola (la parte marrón del pecho) y los labios tienen que estar evertidos, esto es como dado vuelta hacia afuera, como si fuera un chanchito. Además de eso, cuando hay sensibilidad en los pezones, ha que ir variando las posiciones del bebé (clasica, invertido, etcétera). De ese modo el roce con el pezón se da en lugares diferentes del pezón, minimizando el riesgo de grietas. Sea cual sea la posición elegida para amamantar, s muy importante estar cómoda y relajada, sin tensiones ni contracturas musculares. Es ideal usar almohadón de lactancia entre el bebé y la falda de la mamá. Es conveniente alternar las posiciones en las distintas mamadas para prevenir problemas con el pezón y el pecho.
Si, de todas maneras, se llegan a producir grietas en los pezones, la propia leche materna es un cicatrizante fantástico. La mamá se puede sacar unas gotas su propia leche y aplicarla sobre el pezón., y también se puede aplicar crema de caléndula. Sin embargo, como siempre, es mejor prevenir que curar. Así que conviene prestar atención a la presencia de los primeros síntomas y cuidar en qué posición toma el pecho el bebé.
¿Qué otros cuidados hay que tener con los pezones?
AF: Con bastante frecuencia, durante el primer mes de lactancia, se presentan infecciones producidas por un hongo, que todos tenemos en el cuerpo, llamado Candida Albicans. Esta infección, conocida como candidiasis, o micosis candidiásica, aparece ante condiciones de humedad y de estrés, después del segundo o tercer día con grietas en el pezón. Los síntomas son fácilmente reconocibles: el pezón se pone muy sensible, y muy colorado, y aparecen lesiones en la boca del bebé (como placas blancas en la lengua y el paladar). Ante estas señales, es necesario hacer una consulta médica. El tratamiento, si bien es sencillo, exige determinados cuidados que deben ser indicados por un profesional de la salud. Concretamente, primero se hace una limpieza, con bicarbonato, de la boca del bebé y el pezón de la mamá, y luego se aplica un antimicótico en las zonas previamente higienizadas. O sea, la solución es sencilla, pero requiere ayuda del sistema de salud. En definitiva: hace falta una consulta médica.
¿Qué importancia tiene el espacio físico donde se da de amamantar?
AF: Mucha. La recomendación es que madre e hijo se sientan a gusto, en un ambiente agradable, sin ruidos molestos, sin humo de tabaco. Sobre todo los primeros días, hasta que baja la leche, la presencia de la pareja es fundamental. Unos masajes, en el momento de lactar, contribuyen mucho. Está comprobado que la mujer que recibe masajes mientras está amamantando, libera una hormona, llamada Oxitocina (también conocida como la Hormona del Amor) que favorece la bajada de la leche. No hace falta ser masajista profesional, ni nada de eso. Cualquier persona que, con cariño, haga unas fricciones en los hombros de la mamá, mientras está dando la leche, brindará un gran servicio a esa mamá y a su bebé. Además de todas estas condiciones externas, es muy importante estar en una posición cómoda, a la hora de dar la teta. A veces es útil tener un almohadón grande sobre el que apoyar al bebé y los brazos, así, la mamá no se contractura ni se cansa de hacer fuerza sosteniéndolo. Cada detalle cuenta para hacer de la lactancia lo que es: un tiempo de cuidado y placer.
Dra. Florencia Álvarez, médica especialista en pediatría (ME:3291)
Consultas: CEDIT y Clínica Chapelco
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Entrevista: Jorge Gorostiza