NEO al ser cachorro, se encuentra en plena época de entrenamiento, la que se desarrolla a través del juego. Todo el entrenamiento está basado en consigna, recompensa, afecto y alegría. Para Neo, salir de práctica es ir a jugar, por lo que salir de rescate también consiste en salir a divertirse. Sabe que será recompensado con afecto y con su juguete, haya sido exitoso el rescate o no.
Para esto Jorge tiene que generar un vínculo de obediencia y disciplina. El olfato tan desarrollado, es una virtud innata de los perros. El entrenamiento hace que ese instinto se optimice con la intención de encontrar vida debajo de la nieve.
También se le enseña a señalar el lugar del hallazgo, ya sea ladrando, o rascando con las patas. Para lograrlo, se realiza entrenamiento con personas enterradas en la nieve a 2 o 3 metros de profundidad. La mayoría de los rescatistas no saben el lugar donde se encuentran las personas a ser rescatadas, para que el entrenamiento sea lo más real posible.
El olfato de un perro no falla, y de esta manera salvan muchas vidas de manera más rápida y eficaz que con el equipamiento de rastreo. NEO viajará a Europa el próximo verano para completar una buena formación y convertirse en perro de rescate diplomado.
Chapelco tiene protocolos de seguridad para garantizar seguridad a sus visitantes si hubiera probabilidad de avalanchas. Sin embargo contar con NEO entre su cuerpo de patrulleros es una garantía.
Los cuidados de un perro rescatista no son muy diferentes a los de cualquier perro. NEO tiene una dieta especial de balanceados, tiene ordenadas sus horas de descanso para reponer energía, sus horas de entrenamiento. Hay que cuidarle mucho los ojos, ya que el reflejo de la nieve puede dañarlos. En cuanto crezca un poco más saldrá a la nieve con antiparras caninas.