La decisión de la intendente Cristina Frugoni de solicitar a los concejales que revean la ordenanza 8950/10 que modificó sus haberes en forma sustancial, podría provocar un cisma en la relación entre el cuerpo legislativo y el Ejecutivo local. (leer articulo completo)

08 Feb 2011
    

La decisión de la intendente Cristina Frugoni de solicitar a los concejales que revean la ordenanza 8950/10 que modificó sus haberes en forma sustancial,  podría provocar un cisma en la relación entre el cuerpo legislativo y el Ejecutivo local.

Sucede que según estipula el artículo 41 de la Carta Orgánica Municipal, los concejales pueden percibir una remuneración “cuyo monto máximo no podrá superar el sesenta y cinco por ciento (65%)” de los haberes fijados para el jefe municipal, cosa que deja abierta la puerta a la posibilidad que los ediles fijen sus dietas en dicho porcentaje –tal cual hicieron- o en uno menor, tal cual parece espera  la jefa municipal.
A esto se suma la confusa situación por la cual por un error de sistema los concejales cobraron unos $ 2260 más este mes que –como ya se indicó- le serán descontado con sus próximos haberes.
Lejos de solucionarse el tema con la explicación oficial dada por el director de Recursos Humanos de la comuna, la situación parece complicarse con el correr de las horas ya que en principio, los ediles no estarían dispuestos a seguir a pie juntillas el pedido de Frugoni respecto a la necesidad de “llegar a una clara y pronta resolución del tema".
Además en la nota que no pasó desapercibida para nadie, se ve como la intendente municipal eligió muy bien sus palabras a la hora de calificar la situación de “particularmente irritativa”, dejando muy en claro su postura al respecto y responsabilizando también a los ediles del conflicto salarial en ciernes.