Por Sabrina Mingrone

26 Jun 2011
    

Desde la antigüedad hemos encendido velas con muchos objetivos que fueron variando a lo largo de los años, hoy lo hacemos para decorar, para armonizar, para meditar, para relajarnos, para crear un clima especial, para pedir deseos, etc. Lo que no todos saben es que cuando encendemos una vela, tenemos que tener bien presente no hacerlo de manera automática ni con encendedores, sino más bien concentrarnos en lo que hacemos y utilizar fósforos.

Al encender una vela  estamos abriendo un portal, estamos poniendo en movimiento fuerzas sutiles de la naturaleza que  pueden ser positivas o  negativas. Por eso es importante  que siempre le demos un objetivo a ese fuego que estamos encendiendo diciendo y dándole un porque determinado, de otra manera podemos atraer energías negativas que interfieran con la armonía de nuestros hogares.

Una vela representa al elemento tierra, al encenderla genera el elemento fuego, al ir consumiéndose se transforma en el elemento aire. Si queremos lograr un equilibrio de los cuatro elementos en determinado espacio debemos colocar la vela cerca de algún cuenco con agua o una fuente y de ese modo agregaremos el elemento que faltaba.

Si conseguimos representar en nuestros espacios el elemento tierra, estamos dando lugar a la energía que tiene que ver con la prosperidad, el dinero, la fertilidad, la salud, etc.

El elemento aire nos representa sabiduría, poder mental y videncia.

A través del fuego representamos nuestros deseos, fuerza, coraje y protección.

 Y el agua nos lleva a la meditación, purificación, sueños, salud, amor y fertilidad.

Armonizando así nuestro espacio vital notaremos muchos cambios en nuestro estado emocional y físico solo con encender una vela cerca de un cuenco.

Desde la cromoterapia también sabemos que el color influye en nuestro estado emocional y mental y desde una óptica espiritual el color de la vela que elijamos representa diferentes fuerzas naturales.

Una vela blanca, nos servirá para atraer lucidez mental, purificación, armonía, paz, energía lunar y crear un ambiente propicio para la meditación.

Encender una vela roja nos traerá fertilidad, sirve de afrodisíaco y nos da fuerza física por atraer la energía de Marte.

Una vela rosa, invoca energías que nos ayudaran en el amor, en la amistad, fomentara la feminidad, la armonía y ternura.

El color naranja despertara nuestra creatividad, atracción, motivación, iniciativa, felicidad y confianza.

El color verde nos trae fertilidad, equilibrio emocional, salud, sensibilidad.

Si encendemos una vela amarilla fomentaremos la comunicación, optimismo, concentración y unidad.

Una vela azul nos traerá tranquilidad, protección, sabiduría y proyección astral.

El violeta nos ayuda a estimular nuestra intuición, trasmutar lo negativo en positivo y acercarnos a lo espiritual.

Una vela negra nos sirve para una meditación profunda, aleja energías negativas y abre profundos niveles inconcientes.

El color gris neutraliza las influencias negativas.

También podemos utilizar los colores en las velas que encendemos en nuestros hogares en correspondencia con cada uno de los chakras y ayudarnos en su activación o armonización o en búsqueda de conexión con nuestros arcángeles según el color que los represente.

Cuando encendemos una vela no siempre la llama se comporta de la misma manera, según expertos en velomancia esto se debe a diferentes mensajes que debemos interpretar:

Si la llama oscila es porque la energía a la cual queremos contactar siente nuestros miedos o dudas internas acerca del pedido que hicimos.

Una llama brillante y alta indica que aquella entidad de luz que invocamos escucho nuestro pedido y se cumplirá.

Cuando la llama sube y baja debemos controlar pensamientos confusos que nos invaden.

Si la llama es muy pequeña, manifestamos poca confianza en nosotros mismos y nuestro pedido será difícil de cumplir.

Si la vela no enciende, hay dificultades para conectarse con nuestros guías, debemos intentar dos veces más y luego abandonar y volver mas tarde.

Si la llama es azulada y brillante nuestros seres de luz están presentes llenándonos de energías positivas.

Si la vela se consume muy rápido será porque estábamos muy cargados.

Interpretemos además, la forma que la parafina o miel deja en el plato donde encendemos la vela para recibir nuestro mensaje de los seres de luz, con la primer idea que se nos presente cuando miremos el dibujo.

Si no quedan restos de parafina y se consume por completo es de buen augurio

Existe además, una influencia lunar en nuestros pedidos, así que es importante que cuando queramos pedir deseos lo hagamos encendiendo una vela en la fase lunar cuarto creciente o nueva. Si queremos consolidar algo ya establecido encenderla en una noche de luna llena y si queremos terminar con alguna situación pedirlo encendiendo una velita en luna menguante.

Encendamos velas para crear climas en nuestros hogares o pedir buenos deseos, utilicemos la fuerza del fuego para cuando necesitamos una ayuda celestial y disfrutemos de la luz que traeremos a nuestras vidas…


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