El Presidente del Deliberante local, Sergio Winkelman, hizo referencia a la repercusión del proyecto Marina Lago Lácar y al nuevo pre proyecto presentado por el Club Náutico.

02 Nov 2016
    

“Una de las cosas que a mí me cuesta entender es la cantidad de gente que se opone a determinadas situaciones sin estudiar el tema a fondo. Como ocurrió con Chapelco al principio, la Marina después, se arman grupos de gente que se opone, sin analizar profundamente el tema”, indicó Sergio Winkelman, presidente del Concejo Deliberante local, en diálogo con Radio Fun.

Al referirse a la iniciativa privada del proyecto de la Marina Lago Lácar, presentada por el estudio Gingins - Aguirre, Winkelman afirmó: “Nos quedamos un poco atónitos con la repercusión que tuvo la Marina Lago Lácar… Ahora todo el mundo está presentando proyectos. Es fantástico, significa que algo hay que hacer con nuestra costanera”.

Al ser consultado por su opinión acerca del Proyecto presentado el lunes por el Club Náutico, el representante del MPN dijo que aún no lo había visto, pero que “cuando esté en el Concejo, lo evaluaremos y veremos si sirve o no para San Martín de los Andes”.

“Nos pasan los años y mientras otras localidades avanzan y se llevan los turistas, nosotros nos quedamos acá discutiendo y peleando entre nosotros”, indicó el Presidente del Deliberante: “Este es un pueblo turístico, tenés que dar características atractivas para que la gente venga y disfrute. San Martín tiene que ser más que un Cerro Chapelco con nieve o nuestras playas y lagos en verano”.

Winkelman expresó que “hay una gran capacidad para oponerse a cosas y eso dificulta a veces tomar decisiones más o menos rápidas” y citó como ejemplo al caso del Cerro Chapelco y al reciente de la Marina: “Chapelco, con el traslado de medios de elevación complementarios, generó un gran revuelo cuando nosotros recién hacíamos nuestros primeros pasos en el Deliberante. Lo resolvimos y no hubo impacto en el ambiente. Con la Marina pasa algo parecido: Una gran movilización en contra de la privatización, que el pueblo se queda sin costanera y el ante proyecto que presentaron no decía que eso iba a pasar”.

Además, concluyó: “Si vos querés poner un boliche bailable, la mitad del pueblo te apoya y entiende que es bueno para el turismo y la otra mitad se opone por los ruidos. Con la Costanera, la mitad cree que es un proyecto positivo y otro grupo se manifiesta en contra y hace mucho ruido. Se genera la sensación de que tenemos que someter todo a una gran decisión y si no tenés firme la toma de decisiones, todo se atrasa y todo se posterga”.