El Intendente a cargo respondió la carta documento enviada por la Comisión Directiva del establecimiento, en la que solicitaban dar continuidad a los aportes de recursos humanos que brindó durante años el Ejecutivo, para no tener que restringir los servicios socio culturales que la Biblioteca ofrece de manera gratuita.

17 Feb 2017
    

Desde la Biblioteca Popular 9 de Julio informaron que el miércoles se recibió respuesta a la carta documento enviada a la Intendente Municipal, Brunilda Rebolledo, en la que se solicitaba dar continuidad a los aportes de recursos humanos, para de ese modo no restringir los servicios socio-culturales que la Biblioteca ofrece en forma gratuita.

Según consta en dicha carta, se pedía, por un lado, la contratación de un bibliotecario en el período enero-diciembre de 2017 con una carga horaria de 36 horas semanales, lo cual significaría renovar el contrato de los últimos años, respetando las mismas condiciones. 

Y por el otro, solicitaba el reemplazo de un agente municipal para que cubra el turno tarde o, en su defecto, la contratación de alguien que lo supla, tal como, mencionan, se hizo el año pasado.

Mediante un comunicado, la Biblioteca informó: “La respuesta que nos da el Sr. Sergio Winkelman, Intendente a cargo, se refiere al reemplazo de una empleada que está con licencia. Este reemplazo era tema de otro reclamo, y en buena hora se ha concretado. De este modo la biblioteca podrá retomar su horario de la mañana.

Pero en su respuesta Winkelman no hace referencia al empleado del turno tarde. Entendemos que esta omisión significa que la Municipalidad no planea cubrir esa vacante. 

Luego, cuando menciona que se contrató al bibliotecario no dice que dicho contrato es sólo por cinco meses. Recordamos que el bibliotecario está trabajando desde el primer día hábil de enero, de acuerdo a lo acordado el 1º de noviembre con la Secretaria de Cultura, Sra. Marisa Nieto, y tal como sucedió en años anteriores. Sin embargo, este nuevo contrato es desde febrero, o sea que desconoce los servicios que el bibliotecario prestó en enero. Y genera incertidumbre sobre qué pasará en la segunda mitad del año. 

Por otra parte, el contrato no indica qué carga horaria debe realizar el bibliotecario, y añade que deberá desempeñar “tareas asignadas por la Subsecretaría de Cultura”. Esto último no corresponde de ningún modo, porque la Secretaría de Cultura no tiene ninguna injerencia en los trabajos que se realizan en la biblioteca, que como todo el mundo sabe es una asociación civil autónoma.

Winkelman finaliza su carta diciendo que la Municipalidad cumple sobradamente con las obligaciones legales. La realidad es que la Municipalidad aporta a la biblioteca 4 empleados desde hace muchos años, y sólo así se pueden sostener los espacios y servicios que se ofrecen a la comunidad, en un horario amplio y durante todo el año. Reducir esa cantidad de empleados significa, lisa y llanamente, reducir el horario de atención, limitar servicios gratuitos y privar a muchas personas de espacios destinados al estudio y la recreación socio-cultural. 

Aunque Winkelman niega que la Municipalidad muestre desinterés por esta grave situación de recorte de personal, resulta incomprensible que ni la Secretaria de Cultura ni la Intendenta hayan recibido a la comisión directiva de la biblioteca para abordar estos temas, pese a los reiterados pedidos de reunión y las cartas enviadas, todas sin respuesta.

Desde la Biblioteca Popular 9 de Julio SOLICITAMOS PÚBLICAMENTE QUE LA INTENDENTA MUNICIPAL NOS RECIBA para poder hallar soluciones concretas. No estamos pidiendo nada nuevo, sino que se sostenga el aporte de recursos humanos que la Municipalidad realiza desde hace años. Que no se recorte este aporte, porque la comunidad necesita los espacios y servicios que la biblioteca ofrece en forma gratuita todo el año”.