La polémica surgió a partir de que la asociación sin fines de lucro Amistango (Prohibido milonguear), se vio impedida de bailar tango en las tradicionales milongas de los lunes, por la aplicación de esta norma.
“La idea de la ordenanza era evitar que una confitería se transforme en un boliche. Ese fue el efecto deseado.” Por los variados reclamos de vecinos afectados, Insúa agrega “debemos asumir, como podemos ver, que la norma no cumplió con el fin indicado y la ordenanza deberá ser revisada.”
El tema ya fue revisado en comisión y se prevé modificación de la norma para que no afecte el espíritu original de la norma. “Vamos a intentar llegar a un punto de equilibrio en el cual nosotros logremos el efecto deseado, de que una confitería no se convierta en un boliche bailable, pero tampoco prohibir todo lo demás.”
Es de mencionar que esta norma surge a partir de los reclamos de un grupo de comerciantes del rubro que se vieron perjudicados en tanto cuentan con la habilitación comercial correspondiente y se atiene a la normativa vigente en cuanto ruidos molestos, insonorización, etc. y otros comercios no, por lo que estimaron que había competencia desleal.