Ante un allanamiento en una Seccional de Guardaparques, en el marco de la investigación por el asesinato del policía Aigo, personal policial interrogó y cuestionó a un trabador del Parque Nacional Lanín.

17 Mar 2012
    

Esta situación motivó a los trabajadores del parque Lanín agrupados en ATE-CTA a emitir un comunicado expresando su repudio al asesinato del sargento ayudante José Aigo, en solidaridad con la familia del fallecido y alertando de la situación. 

“Con asombro y perplejidad nuestro compañero tuvo que responder preguntas y dar explicaciones respecto del libro Nunca Más, la Revista Barcelona, el mensuario Le Monde Diplomatique, la revista América XXI, El amor en los tiempos del Cólera de Gabriel García Márquez, entre otros libros que forman parte de su biblioteca.”

El comunicado explica “El Juez Consentino del Juzgado de Instrucción de Junín de los Andes, a cargo de la causa, libró un allanamiento en una Seccional de Guardaparques el martes 13 de marzo. En dichas actuaciones el personal actuante a cargo del Comisario Carlos Garbozo de la Comisaría 25 de Junín de los Andes, mientras daban cumplimiento a lo solicitado por el Juez, interrogaron y fotografiaron libros y revistas pertenecientes a un compañero trabajador.” 

“Una vez más la policía y la justicia de Neuquén parecen tener los mismos comportamientos que las fuerzas de seguridad de épocas que creíamos superadas. Los trabajadores nos preguntamos por qué mientras se quiere esclarecer un hecho delictivo como es el asesinato de un policía, a un trabajador se le allana su pensamiento y su ideología, a través de su biblioteca.

Los trabajadores del Parque Nacional Lanín no aceptamos que las ideas, las ideologías y nuestras manifestaciones sociales sean usadas para etiquetarnos como “personas sospechosas”. 

En tanto recuerdan que en el pasado el abogado Gustavo Lucero, designado como asesor legal de la familia Aigo por Ministerio de Seguridad y Trabajo en la causa, fue uno de los abogados defensores de los policías que asesinaron al docente Carlos Fuentealba, durante el gobierno de Jorge Sobisch. 

El documento termina enunciando “Reiteramos y expresamos nuestro repudio al asesinato del sargento ayudante José Aigo. Como trabajadores organizados defendemos el derecho a la vida como principal derecho humano, en el marco de las luchas, reivindicaciones e intereses de los trabajadores.”