Cada obra y cada paso son el producto de un proceso que gira alrededor del Zen. Es la relación entre meditación y arte. Es el juego a partir de la relación entre el soporte, la herramienta y el material, tomando como lenguaje expresivo, la caligrafía y su carácter gestual. Eso es Caligrafiar.
Es por ello que este proceso recuerda al arte oriental tanto japonés como chino, pero lo retoma desde una mirada contemporánea, pasando por la pintura, el grabado, el dibujo y la instalación.
Finalmente cabe recordar aquellas características que estableció Alan Watts en relación a la pintura zen y que en algunos aspectos se encuentran presentes: asimetría, simplicidad, austeridad, lo natural, sutilidad, libertad absoluta y serenidad.
Caligrafiar podrá visitarse en la Sala Municipal de Exposiciones del hasta el 31 de diciembre, de lunes a viernes de 10 a 20 hs., sábados y domingos de 16 a 20 hs.