De acuerdo a las cifras de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), citadas por el diario El País, es posible que alrededor de 100 lenguajes se hayan acabado en el último siglo, porque se murieron quienes los hablaban.
El asesinato de Rosa Andrade Ocagane, quien murió decapitada hace un mes en su casa de Nueva Esperanza, en la selva de Perú, dejó a su hermano Pablo como último sobreviviente de su lengua, el “resígaro” (foto).
La triste historia del final del idioma resígaro, así como de la etnia homónima, puso en evidencia que, de seguir con el ritmo actual, durante este siglo podrían desaparecerían 3.500 lenguas y dialectos que se hablan hoy en el mundo.
Se calcula que hay 400 en estado crítico, de las cuales 51 son habladas sólo por una persona, como ahora es el caso de Pablo Andrade Ocagane y el “resígaro”.