Renunció a la selección chilena con duros cargos hacia el presidente de la asociación, Sergio Jadue

05 Feb 2011
    

Esta vez, la declaración pública de Marcelo Bielsa fue mucho más breve que aquella de comienzos de noviembre pasado, pero también más contundente, profunda y precisa en su contenido acusatorio. Fue el cierre definitivo para la trama de incertidumbre que se abrió justamente aquella vez, cuando los prolegómenos de las elecciones en la entidad mayor del fútbol chileno, la ANFP, derivaron en la decisión del entrenador argentino de dejar la conducción del seleccionado chileno. Determinación que después entró en un proceso de marchas y contramarchas, pero que ayer se concretó en medio de cargos muy duros de Bielsa hacia el presidente de esa entidad, Sergio Jadue. 

"Jadue actuó para que yo entendiera que no debía confiar en él", fue la primera alusión directa del Loco sobre los motivos que lo convencieron de alejarse. Se refería a estos días de negociaciones en los que, supuestamente, la ANFP buscó retenerlo. Bielsa hablaba mirando un escrito que sostenía en la mano, que le servía de guía para encadenar sus argumentos. Por lejos, en Chile se había vuelto el personaje del día, en la razón central de una expectativa impresionante, reflejada en la enorme masa periodística que acudió a su convocatoria. Los medios locales, en realidad, ya sabían qué esperar: desde horas antes anunciaban la renuncia como un hecho, por "incompatibilidades irreversibles" con la conducción del fútbol local. 

Esas diferencias aparecieron con crudeza en las palabras de Bielsa. "El motivo por el que decido renunciar es la forma de actuar que ha tenido él [Jadue] desde que asumió. Hizo todo lo necesario para que yo renunciara", explicó. Y empezó a enumerar cuestionamientos durísimos contra el dirigente. Se refirió, por ejemplo, a la intención, que Jadue le hizo explícita días atrás, de crear una comisión de selecciones, que rápidamente quedó en la nada: "Después me dijo que no tenía piso político para crearla... Otro motivo por el que renuncio es que no me fue posible saber quién poseía la autoridad [en el fútbol chileno]... Yo pensé que la tenía el presidente, después los tres clubes grandes [Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica], después los 32 clubes..." A esos tres clubes Bielsa consideró responsables de armar el escenario que derivó en su renuncia. 

A Jadue, además, lo acusó de malinformar sobre las tratativas que llevaban. "Hizo llegar a la prensa información que no era real... Deformó la realidad para predisponer al público en contra mía." También, de maltratar a subalternos y de "potenciar la inestabilidad" del DT del Sub 20, César Vaccia. Y soltó una risa resignada cuando aludió a otro tema: "También se dijo que yo dilataba la respuesta para que se cansaran de mí, que me echaran y terminaran pagándome 12 o 15 millones de dólares...". La despedida fue emotiva: "Considero mis tres años y medio en Chile como un regalo de la vida... A los futboleros y a los chilenos en general quiero decirles muchas gracias", dijo, casi quebrado. 

En Chile la polvareda apenas empieza a levantarse. Bielsa cierra un ciclo histórico para el seleccionado, una etapa en la que se granjeó el reconocimiento general como una figura que reimpulsó el fútbol de ese país, pero dejó detrás de sí una olla en ebullición. En ese contexto, entre otras cosas, quedará ahora la nada fácil tarea de buscarle sucesor, para lo que ya se menciona a otros argentinos: Pekerman, Borghi y hasta Sabella. Pero eso, en medio de semejante conmoción, ahora parece secundario