Junín de los Andes > La reconstrucción de asesinato del policía José Aigo, registrado el pasado 7 de marzo sobre la Ruta 23, habría arrojado algunos datos que, para la querella, podrían complicar la situación de Juan Marcos Fernández en la causa que se investiga.
La reconstrucción del hecho que comenzó pasadas las 23.30 del miércoles y terminó a las 3.30 de la madrugada de ayer fue conducida por el juez Joaquín Cosentino y contó con al presencia de la esposa de José Aigo, Graciela Soto, Juan Marcos Fernández y tres policías que hicieron del sargento ayudante asesinado, de Alexis Cortes Torres y de Jorge Antonio Salazar Oporto.
El abogado Gustavo Lucero, representante de la familia Aigo, indicó que “en líneas generales en la reconstrucción se pudieron aclarar algunos puntos y en otros sigue habiendo divergencias, según los relatos del oficial Pedro Guerrero y de Juan Marcos Fernández”.
Para el abogado de la querella, uno de los puntos que quedó debidamente acreditado es que el disparo que supuestamente efectuó Salazar Oporto se llevó a cabo “en momentos en que José Aigo estaba sin posibilidad de defenderse y sin mediar palabra alguna, lo que refuerza el hecho de que se trató de un homicidio agravado por alevosía”.
Otro punto que la querella destaca y que podría ser motivo de análisis también para la fiscalía es que “el disparo que mata al sargento Aigo se realizó con una pistola 9 milímetros, arma que se carga antes de disparar y para eso hay que accionar la corredera que realiza un ruido muy particular”.
“Ayer a la noche –agregó Lucero– ese ruido se escuchó, fue preciso. Sin embargo la noche del 7 de marzo no hubo ruido alguno que alertara a Aigo de este accionar, caso contrario el policía lo habría escuchado”.
Cargada
Para Gustavo Lucero, esto significa que la pistola tuvo que ser cargada en el interior de la camioneta, es decir, antes de que las tres personas bajaran del vehículo. “Por eso, todos sabían que uno de ellos estaba armado y con una pistola cargada, incluso Fernández”, explicó el abogado.
La querella fue más allá y afirmó que otro punto que complica aún más a Juan Marcos Fernández en la causa por homicidio es el hecho que, según se vio ayer, al momento de bajar se les indicó a las personas que se queden paradas detrás de la camioneta, bajo la supervisión de Guerrero. Sin embargo, cuando Salazar Oporto sacó el arma para realizar el disparo, el oficial Guerrero -que lo tenía cubierto- aseguró que no pudo percibir la situación “porque Fernández lo distrae con un movimiento al dirigirse hacia el frente del vehículo, no haciendo caso a la orden de quedarse quieto”.
Para la querella, tanto la situación de la carga de la pistola 9 milímetros como el movimiento de Fernández pueden ser determinantes en la causa que investiga el homicidio del sargento Aigo y la posición del hijo del intendente de San Martín de los Andes.
Fuente: La Mañana Neuquén
Foto: R. Ramirez