La viuda de José Aigo pidió el apartamiento de Cosentino y quieren imputar al joven de "partícipe necesario".

03 May 2012
    

JUNÍN DE LOS ANDES (ASM)- La querella en el caso del policía asesinado el pasado siete de marzo, solicitó el apartamiento del juez de la causa y pidió la imputación como presunto partícipe necesario de homicidio para el joven Juan Marcos Fernández, hijo del intendente de San Martín de los Andes, propietario y conductor de la camioneta en la que se desplazaban los ciudadanos chilenos buscados desde entonces por el crimen.

Además, los abogados de la viuda Graciela Soto solicitaron mantener la imputación por homicidio triplemente calificado para Jorge Antonio Salazar Oporto, autor de los disparos que mataron al sargento José Aigo, pero cambiar a "encubrimiento" la figura que pesa sobre el otro sujeto con pedido de captura internacional, Alexis Cortés Torres.

Así trascendió ayer en medios tribunalicios, donde por la tarde comenzó a cobrar forma la versión sobre el pedido de apartamiento del juez Joaquín Cosentino, a su regreso de una licencia por capacitación profesional.

Si Cosentino mantiene la decisión de entender en la causa, el planteo podría terminar siendo resuelto por la Cámara de Apelaciones. El abogado de la viuda y querellante, Gustavo Lucero, declinó precisar detalles de la presentación pero confirmó que efectivamente recusó a Cosentino por "temor de parcialidad" en el manejo de las actuaciones.

Cosentino consideró a Fernández como un testigo en la causa, y recién después de un insistente planteo del fiscal se resolvió su procesamiento por falso testimonio aunque sigue en libertad.

La querella habría solicitado ahora que se cambie esa imputación por falso testimonio por otra que tendría al joven como supuesto "partícipe necesario" del asesinato. En este caso, el planteo se basaría en una acción adjudicada a Fernández durante el hecho ocurrido en la ruta a Aluminé, a la altura del paraje Pilo Lil, y que habría surgido con nitidez -al menos para la querella- a partir de la reconstrucción.

Se trataría de un movimiento realizado por el joven, que el oficial Pedro Guerrero, compañero del policía Aigo al momento del encuentro con la camioneta, dijo en su testimonio que "lo distrajo por unos segundos" de la vista de Jorge Antonio Salazar Oporto, cuando éste fue en procura de los documentos personales que el sargento le había solicitado. En ese momento Salazar Oporto extrajo un arma con la que disparó la andanada mortal contra Aigo.

Guerrero alcanzó su arma reglamentaria y se trabó en tiroteo contra Salazar Oporto, mientras Cortés Torres huía a campo traviesa y Juan Marcos Fernández permanecía en el piso, ajeno al desenlace y guareciéndose a la vez del intercambio de disparos.

Ese movimiento supuestamente "distractivo" (Fernández se corrió unos pasos hacia la cabina de la camioneta desde el lugar donde estaba parado, a un lado del vehículo) sería para la querella la "oportunidad" que necesitó Salazar Oporto para hacerse del arma homicida. La querella supone que ese movimiento no fue casual.

Fuente: Diario Río Negro