El proceso político del MPN abrió el año electoral neuquino de cara a las generales del 2019 (Por HUGO MORALES)

01 Dic 2018
    



El gobernador emepenista del Neuquén, Omar Gutiérrez, alineado al presidente Mauricio Macri le ganó la interna para ser candidato a por ese partido al vicegobernador, Rolando Figueroa, quien adhirió a un discurso filoperonista y amenaza con ir por afuera a las elecciones provinciales del 2019 en una aparente alianza con sectores del kirchnerismo local y otras corrientes que se profesan opositoras a Cambiemos. Sin embargo hasta anoche se le hacía muy difícil a Figueroa lograr adherir a su figura a los opositores al macrismo como lo son las distintas vertientes que responden al peronismo local y al diputado del Parlasur, Ramón Rio Seco, quien llegó a reunirse con Cristina Fernández de Kirchner hace unas semanas atrás. Sin embargo este ex dirigente populista y piquetero no es aceptado por toda la dirigencia peronista local pese a ser llevado de la mano por el ex secretario general de la Presidencia y ex director de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), Oscar Parrilli.
La lista Azul que encabezó Gutiérrez se impuso ampliamente en casi toda la provincia, incluyendo a la estratégica ciudad de Neuquén, la más importante de toda La Patagonia y donde hoy erige su poder Horacio Quiroga, principal referente de Cambiemos en la provincia aunque disgustado con el gobierno nacional por lo que considera un destrato permanente. El candidato del MPN para la capital provincial será Mariano Gaido, actual ministro de Gutiérrez, quien ascendió a ese sitial luego de una extensa trayectoria partidaria que se originó durante el apogeo político de Jorge Omar Sobisch, otro de los resentidos con Macri después de la trágica muerte del docente Carlos Fuentealba y de la frustración presidencial de Sobisch, cuyo socio más importante fue el actual presidente. En ese momento Sobisch se enfrentó duramente con el propio Néstor Kirchner.
El sector azul, que en su momento creó el ex gobernador Jorge Sapag e impuso a la fórmula Gutiérrez - Figueroa para el actual período de Gobierno 2015-2019- se adjudicó el 62% del respaldo emepenista mientras que su contrincante de la lista Violeta, que respondió a Figueroa obtuvo el 38% restante. Antes del cierre de los comicios el apoderado de esta lista, José “Pino” Russo, otro ex sobichista, denunció que hubo un presunto fraude electoral y que se desconocía su destino. Sin embargo, Figueroa aplazó una conferencia de prensa prevista para ayer a la mañana y dará a conocer su decisión hoy, después que se reúna con la dirigencia partidaria de toda la provincia que lo acompañó en esta disputa electoral. Russo calificó de traición a lo realizado por sus oponentes que controlan la Junta de Gobierno del MPN.
Sin embargo el propio Gutiérrez se encargó de mandar mensajes de unidad y en medio de la euforia por el triunfo sostuvo en una ruidosa y desorganizada conferencia de prensa que “el proyecto político va a fundirse en uno, se terminaron los colores en el MPN”, dijo un eufórico candidato, quien ha ganado el derecho de convertirse en tal por méritos propios y no ya por la supuesta paternidad de otros dirigentes partidarios como son Sapag y en menor medida, el senador gremialista petrolero, Guillermo Pereyra. Para salirse del corset macrista, el gobernador ponderó la independencia de su partido del Poder central, desde su fundación en adelante por parte de los hermanos Elías y Felipe Sapag, de la que no fue ajeno su propio abuelo Reynaldo Pastor Gutiérrez. En ese manto de piedad incluyó a Jorge Sapag, a Pedro Salvatori y a Sobisch.
Precisamente Gutiérrez adquirió solidez de gestión y habilidad política a partir de la manera como fue desarrollando su programa en torno a Vaca Muerta, el más importante reservorio de gas y petróleo que tiene Neuquén y el país, concitando la atención de gobiernos y las poderosas multinacionales del sector que hoy vienen invirtiendo por miles de millones de dólares en la Cuenca Neuquina, obligando al presidente Macri a tenerlo como uno de sus principales ejecutores y aliados políticos al punto que ha provocado el alejamiento de su principal socio distrital como es el intendente neuquino.
Pruebas al canto lo demuestra la irritación de Quiroga por lo que considera desprolija operación (se le achaca al ministro del Interior Rogelio Frigerio) de armar un escenario donde se le otorgó un premio por mejor administración municipal, a la emepenista Brunilda Rebolledo de San Martín de los Andes, una aliada incondicional de Gutiérrez, precisamente un día antes de las elecciones internas del MPN que se interpretó como un claro apoyo al gobernador neuquino. Otro favorecido fue el intendente de Cipolletti (Río Negro) Aníbal Tortoriello, candidato a gobernador en esa provincia por Cambiemos. La ofuscación de Quiroga parte de que también es candidato a gobernador por Cambiemos en Neuquén y ha plantado el eje de su gestión en un manejo transparente y prolijo de las finanzas municipales.
Este desaire lo llevó a declarar que será titular de esa candidatura o no será nada enviando un mensaje por elevación y desalentando también supuestas intenciones del gobierno nacional de apoyar a Gutiérrez para gobernador en el 2019 aunque se mantenga en el MPN; a Marcelo Bermúdez, presidente del PRO neuquino, como candidato a intendente y reservar una senaduría nacional para Quiroga, a quien se le hace difícil romper por su adhesión primaria a Mauricio Macri. Ayer voceros de Quiroga desecharon una alianza con Figueroa por su cercanía al populismo kirchnerista de la cual el jefe comunal reniega permanentemente.
“Nos robaron una elección dentro de una estructura que huele a podrido, pero no nos robaron la dignidad ni el compromiso ni la voluntad de luchar por nuestras ideas”, insistió la Mesa Coordinadora Provincial de la lista Violeta en la convocatoria que envió a sus militantes para la tarde de ayer. Hoy se sabrá la respuesta de su principal dirigente pero lo cierto es que el escenario político neuquino planteado por este sector del MPN no lleva tranquilidad a los operadores en Vaca Muerta, ayudado por el silencio del resto de la estructura política provincial, dejando en manos de Gutiérrez y del oficialismo emepenista al único garante de ese programa megamillonario que estará en las conversaciones con los líderes del G 20 que se inician esta semana en Buenos Aires.