Sin incidentes, en un contexto de fuerte despliegue preventivo ordenado por el gobierno neuquino, una multitud encabezada por Madres de Plaza de Mayo se movilizó por el centro de la capital para repudiar el golpe militar del 24 de marzo de 1976.
Junto a las Madres marcharon a la cabeza de la movilización representantes de organismos de Derechos Humanos y el Obispo Coadjutor de Neuquén, Monseñor Virgilio Bresanelli.
La movilización pacífica fue destacada por el gobernador Jorge Sapag. El mandatario dijo que “la ruptura del estado de Derecho que tanto mal hizo a la sociedad argentina debe ser recordada y condenada”.
Añadió que “las secuelas que la ruptura del orden constitucional dejaron en la comunidad sólo se pueden revertir en paz y con más democracia”.
Sapag indicó que la movilización se realizó “en un marco de absoluto respeto” y señaló que “la mejor forma de recordar esta fecha, dedicada en todo el país a la memoria y la reflexión, es con conducta cívica y en paz”.
El acto central se realizó al pie del Monumento al General San Martín donde fueron colocadas grandes láminas con fotos de detenidos-desaparecidos y pancartas con leyendas alusivas a la fecha.
Las horas previas a la marcha habían suscitado alguna polémica en función del operativo de seguridad, que algunos sectores repudiaron, y que el secretario de Seguridad de la provincia, Guillermo Pellini, había fundamentado en la necesidad de evitar desmanes violentos como los ocurridos el año pasado.