No negar la realidad, escuchar y acompañar a niños, niñas y
adolescentes cuando necesiten expresar sus sentimientos y hacerse a la
idea de que estamos viviendo un momento de gran incertidumbre, son
algunas de las recomendaciones que la Sociedad Argentina de Pediatría
(SAP) divulgó en el marco del aislamiento obligatorio para prevenir la
proliferación del coronavirus.
A través de un informe titulado “el estado emocional de las/os niñas/os y
adolescentes a más de un mes de Aislamiento Social, Preventivo
Obligatorio”, la SAP recomendó “no negar la realidad y hacer de cuenta
que no pasa nada ya que “el mundo no es el mismo y, cuando se regrese de
a poco a lo cotidiano, no nos encontraremos con lo ya conocido porque
habrá otros parámetros para moverse y relacionarse”.
Los pediatras sostuvieron que es conveniente “hablar sobre esto sin
dramatizar” y “no asustarse ante los enojos, las emociones que desbordan
o las crisis de angustia”.
El informe remarca que en esta etapa del aislamiento obligatorio se
registran “distintas inhibiciones y regresiones: en la acción, en lo
emocional, y en el estudio”, también un “quiebre de lo cotidiano, lo
conocido, y los hábitos más básicos”; y cambios que desestructuran el
entramado social.
Los pediatras además señalan una “pulsión de muerte” cimentada en la
ronda por las noticias y los comentarios constantes, la resignificación
de pérdidas anteriores, el temor por pérdidas futuras, la aparición de
miedos nuevos o que ya se habían superado, y pesadillas y trastornos del
sueño como una manera de depositar y tramitar allí la angustia que se
vive.
También destacaron que es importante “tratar de escuchar, contener y
permitir que los sentimientos sean expresados” y “si es necesario,
recurrir a los profesionales que siguen estando disponibles a través de
los distintos medios que brinda la tecnología”.
“Hacerse a la idea de que estamos viviendo un momento de gran
incertidumbre y aceptar que no tenemos todas las respuestas”, es otra de
las recomendaciones.
El documento de la SAP recomendó “bajar el nivel de exigencia propio y
con los demás, no pretender llenar constantemente el tiempo con
actividades”, en ese sentido apunta: “El concepto que está circulando de
que hay que aprovechar para hacer esto o aquello no es conveniente
cuando se convierte en una obligación de ser productivo. Permitirse y
permitir estar aburrida/o o desganada/o o perdiendo el tiempo sin hacer
nada”.
Los pediatras subrayaron que es conveniente “aceptar que el año escolar
será muy particular, se darán los contenidos que se puedan y se
aprenderá lo que sea posible”, y también “habilitar y respetar a los y
las adolescente ese espacio de intimidad y diferenciación de sus padres
que tanto necesitan”.
También enfatizaron que es importante “no pretender pasar por esta
situación sin que se produzcan pérdidas a nivel emocional, social,
monetarias o educativas, porque es inevitable”.
El informe señala que los niños más pequeños “se sienten más seguros por
tener cerca a su familia”, mientras que los adolescentes “padecen el
encierro, sin posibilidad de experimentar la tan ansiada
independencia ni de recurrir a sus grupos de pertenencia”.
Los pediatras advirtieron que el aislamiento obligatorio provoca “mayor
malestar, ansiedad y confrontaciones” y que la falta de actividad física
y libertad de movimientos aumenta “el fastidio y el malhumor”.
El documento de la SAP pide “tener especialmente en cuenta” a hijas e
hijos de los trabajadores de la Salud, a causa del “sufrimiento por el
alto riesgo al que se exponen todos los días sus madres y padres”.
Respecto de la continuidad escolar, la SAP señala como situaciones de
tensión o conflicto “el escaso tiempo previo a la cuarentena para
generar vínculos con la/os docentes y la escuela”, la “falta de un
encuadre que sostenga la actividad” y el rol de “madres y madres que,
además de hacer su trabajo, deben asumir el rol de maestras/os”.
Los pediatras también señalaron como dificultades la falta de acceso a
la computadora, la presencia de hermanos actuando como distractores y la
suspensión del rol social de la escuela.
“Nuestras/os niña/os y adolescentes agradecerán que, quienes somos
responsables por su bienestar, hagamos lo necesario para que transitemos
y salgamos de esta crisis con el menor daño posible, pero
respetándolos, escuchándolos y acompañándolos”, concluye el informe.