El Doctor Fernando Fiochi escribió el pasado 12 de agosto una carta de apoyo a Luisa Rossignolo, como testimonio de lo que sufren los ancianos de la localidad, convocando a la comunidad a acompañar la iniciativa de Luisa, por un hogar para los ancianos en San Martin de los Andes.
La carta, completa, expresa lo siguiente:
“Muchos proyectos se debaten en ámbitos locales, provinciales y nacionales, mucha plata se reparte en proyectos fastuosos, faraónicos, que se discuten una y otra vez, finalmente son aprobados, licitados a medias, otorgados a amigos y negociadores, arrancan de un día para otro, se inauguran una y otra vez, se aplauden prebendas y negocios y de un día para otro, todo desaparece, se acusan entre unos y otros; finalmente unos se benefician y muchos otros tantos que aplaudimos, apoyamos, nos pusimos contentos con el proyecto, nos tenemos que quedar callados y continuar retorciéndonos en nuestra bronca, pues a nadie le interesa más que llegar al poder, subir, triunfar y beneficiarse de la teta del estado, sin embargo, hay personas que desde el llano, laburan a brazo partido y golpeándose una y otra vez contra la misma pared, pero la constancia y la voluntad solidaria, aparentemente, en algún momento hacer que una sociedad y la casta política se haga, por fin, eco del pedido de personas comunes.
Debo reconocer, que mi relación con Luisa, no comenzó de la mejor manera, pero la vida, le da a las personas, la oportunidad de conocerse y reconocerse; así recuerdo que un buen día, a meses de haber llegado a San Martín de los Andes, firmé una nota, en la puerta de un supermercado, de una Señora que pedía firmas para solicitar la apertura de un Geriátrico en la zona, pedido con el que estaba y con el que estoy de acuerdo. Las vueltas retorcidas del destino, quiso que Luisa terminara siendo mi paciente.
Aprendí a conocer a esta Señora y en ese conocer, terminé de entender su pedido. Como médico que atiende adultos mayores, veo muchas veces, la necesidad de una contención urgente y en mayor medida, para adultos que no cuentan con tantos recursos económicos. Me parece que es una deuda de la sociedad, poder, al menos, intentar darle contención a este grupo etario. Cuando comprendamos que atrás de ese anciano decrépito, hay una familia que sufre por no poderle la atención que requiere, que en un anciano hay hijos y nietos que sufren y ese sufrir es recíproco. Muchas veces creemos que “ese viejo no tiene idea de lo que está padeciendo”, afirmo que esto no es así, el mayor sufre, más aún cuando es consciente de su limitación y que se está transformando en una carga para su familia.
Por eso amigos, ante tanta injusticia, ante tanta impunidad, ante tanta falta de conciencia, creo que es necesario apoyar el pedido de Luisa, piensen que, en algún momento, todos lo vamos a necesitar”.