Una visita muy particular: NOMADAK

Elena es del País Vasco de España, formada como educadora social, Abel Colombiano y estudió diseño visual. Ellos se conocieron en Colombia, conformaron este proyecto y llevan viajando ya 1 año y 4 meses. Vienen desde el norte de Colombia, la Guajira, con Ushuaia como destino final. Desde el comienzo del proyecto, los únicos dos destinos definidos eran La Guajira y San Martín de los Andes, como final de este viaje.

“Esta idea nace como un cine itinerante. Empezamos a darle forma a ese proyecto pero se nos complicó un poco por los derechos de las películas, no es fácil conseguirlos. Hoy somos más talleristas ambientales, pero el cine lo seguimos proyectando” expresa Abel.

La pregunta que primero surge al enterarse de una noticia de esta envergadura, es ¿de qué viven? Elena cuenta que “para llegar a un lugar siempre tratamos de llevar algo guardado del anterior lugar, entonces llegamos y al día siguiente vamos a hablar directamente con el Intendente o Secretario de Gobierno y les presentamos el proyecto. Le hablamos del proyecto y le hacemos una propuesta de actividades de una semana o dos” y agrega “los gastos de hospedaje, alimentación y gasolina son los que intercambiamos, nosotros no nos lucramos con esto, simplemente lo que recibimos es para cubrir los gastos y seguir al siguiente lugar”.

Proyecto Nomadak tiene una amplitud muy grande, los chicos cuentan que cada miércoles realizan una comunicación telefónica con un programa de España “conectamos y contamos dónde estamos, qué características tiene el lugar, a que temperatura estamos, a que altura, tratamos de tener invitados para que se escuche la voz de las personas del lugar, hacemos un resumen de actividades, lo que hemos hecho, lo que tenemos planificado para seguir, la idea es tener siempre a la gente en contacto directo con lo que estamos haciendo y que se conozca el proyecto en el País Vasco”

Por el momento lo que Abel y Elena tienen planificado son talleres de medioambiente, y de reciclaje, en el que realizan con los chicos, por ejemplo, billeteras con tetra packs. Por otro lado, deben reunirse con Parques Nacionales, para organizar actividades con las comunidades mapuches.

Aprovechando sus estudios, Abel cuenta que “estamos haciendo un registro de todo lo que nos pasa, las escuelas los chicos, y haremos con todo eso un documental”.

Proyecto Nomadak ha sumado a lo largo de su viaje infinita cantidad de conocimientos de las distintas culturas por las que han transitado, eso es algo que le transmiten a los chicos también “antes de empezar el taller, les ponemos un video que es una presentación de nuestro trabajo, ahí aparecen indígenas, personas negras que son del norte de Colombia o de la costa de Colombia, y otro tipo de chicos que no tienen la piel negra, entonces ven ya mucha diversidad en ese video en relación a lo que ellos viven. Les hablamos de las condiciones de vida que hay en otros lugares, y las que tienen ellos” cuenta Elena, a lo que Abel agrega “hay que adaptarse a cada lugar, algunos están acomodados, son más de ciudad, conocen que es internet, y en otros lugares no tienen siquiera electricidad”.

Hay alguien más que forma parte de Nomadak, que nació al comienzo, en la Guajira, y que hoy es muy importante para Abel y Elena “cuando empezamos el proyecto en La Guajira, nos quedamos en una casita donde había un perrito que estaba enfermito, todos sus hermanitos se murieron y todos los días chillaba, tenía un agujero en la piernita lleno de gusanos. Nosotros lo curamos y él hoy nos acompaña, tiene 1 año y medio y es como una anécdota que nos acompaña hasta ahora, nos contiene, es una compañía” cuenta Abel, y Elena agrega “Juancho se baña en el caribe, en el atlántico, en el pacifico, en el lago Titicaca en Bolivia, y el domingo conoció la nieve, se enamoró de la nieve, nosotros decíamos ¿qué hará este perro en la nieve? Porque es del caribe. Juancho es un perro que no tiene problemas con otros perros, los otros lo tienen con él, porque él no tiene territorio, nació viajando”.

Pero no siempre todo es color de rosa en estos emprendimientos, Elena contó que hubo dos lugares donde no fueron bien recibidos “ uno de ellos fue en Bolivia porque por un lado todo el tema del medio ambiente no es para ellos algo que hay que trabajar, no es un problema y por otro lado porque todavía no conciben que las personas que van a Bolivia, son personas que van a dejar dinero, porque como pueblos indígenas reciben ayuda económica externa, no entienden que una persona llegue de fuera a pedirle ayuda a ellos.”

Ese fue el primer lugar de donde debieron marcharse sin poder realizar las actividades, que de hecho intentaron a pesar de no recibir apoyo, pero no pudieron llevarlas a cabo. “Y en Varadero, en Provincia de Bs. As., trabajamos un día y nos dijeron que sí que nos iban a colaborar con algo, pero no nos ayudaron con nada, igual continuamos trabajando por nuestra cuenta, en unas escuelas que habían en una isla, queríamos conocer esas escuelas que no tenían agua potable ni electricidad. Nos ayudó la gente del pueblo, nos dio donde dormir, y de comer” concluyó Elena.

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo” Galeano