Una denuncia anónima advirtió a la dirección de Bromatología de San Martín de los Andes que un vehículo particular estaba vendiendo carne vacuna sin papeles a carnicerías de la ciudad. Según lo que reza la ley, el costillar tuvo que ser incinerado.

28 Ago 2011
    

El operativo se desplegó hace más de una semana, después que una llamada anónima advirtiera que una carnicería de la ciudad estaba comprando carne vacuna que era trasladada en un vehículo particular.

 

Los agentes de la dirección de bromatología partieron en búsqueda del vehículo y la carnicería en cuestión, pero al llegar a la misma, el infractor se había retirado sin dejar rastros del ilícito.

 

Se pidió apoyó a la policía de tránsito para montar vigilancia en los negocios del rubro, y en una de las tantas rondas, se encontró el automóvil, estacionado, con el baúl abierto y al conductor del mismo cargándose el costillar al hombro para ir a comercializarlo.

 

Las instituciones actuaron en conjunto decomisando la mercadería y secuestrando también el vehículo.

 

La investigación dio por resultado que el costillar provenía de Villa La Angostura, donde no hay mataderos autorizados.

 

Los casi 50 kilos de carne eran transportados, sin ningún tipo de refrigeración ni cuidado bromatológico, sobre la goma de auxilio guardada en el baúl del automóvil.

 

Por las leyes vigentes, el único implicado hasta el momento es el ilícito vendedor de carne sin sello de salubridad ni calidad, ya que para que la carnicería también esté implicada tendrían que haber atrapado a ambos, en el momento exacto de la transacción.

 

“Podríamos haber esperado diez minutos más, pero si el hombre entraba en la carnicería y ellos cerraban la puerta, legalmente, no tendríamos nada que hacer” declaró el director de Bromatología Rogelio Martínez.