“La participación no es un verso, ni un cartel”

Como se anunció el pasado sábado los técnicos que vienen trabajando en el  proyecto de urbanización sustentable del lote 27 realizaron la presentación pública de este desarrollo habitacional para 250 familias, financiado por el UnPre (unidad de Prefinanciación) del BID.

“Fue la devolución pública de que se hizo con el dinero y que se produjo, en conjunto con los vecinos, durante un año muy intenso de trabajo en la elaboración de los anteproyectos ejecutivos del desarrollo del barrio, tanto en lo urbanístico, en la infraestructura de servicios, en los niveles de convivencia, en la cuestión ambiental, energética…todos los anteproyectos que se presentaron se produjeron en los talleres participativos durante un año” subrayó Rodriguez.

Además se destaca que, si bien el equipo técnico interdisciplinario realiza los informes y anteproyectos, la participación de los vecinos en asambleas y talleres que tuvieron lugar durante el pasado año.

“La factibilidad es absolutamente positiva, el lote 27 tiene la firme decisión, no sólo de ser un barrio intercultural medioambientalmente sustentable, sino que tiene una encarnadura muy fuerte en los vecinos, la decisión de que así sea. En la exposición se mostró todos los claros del bosque que se respetan, como se adapta un barrio a las posibilidades que ofrece el terreno y sus condiciones ambientales y se el trabajo con la comunidad mapuche respecto a que sea un lugar de encuentro entre dos culturas” explica el funcionario.

Otro aspecto que se enfatiza es que la participación de los técnicos profesionales no fue solo de puertas adentro, sino que tuvieron una fuerte intervención junto a los vecinos en las asambleas. “Lo que se les decía a los profesionales que ingresaban es que su trabajo no iba a ser únicamente de formulación, iba a ser de participación en asamblea y cuando la participación no es un verso, ni es un cartel, sino una realidad como cuando el vecino le corregía al arquitecto, que tenía que volver a elaborar en función de las costumbres, de las necesidades, de las posibilidades del terreno; y ver a los vecinos exponiendo el desarrollo de un barrio, con muchos más cuidados y discurso ambiental que el yo vi en parques, es un triunfo de la conservación en términos de un proyecto realmente sustentable.”

Como se apuntó en muchísimas oportunidades este es el primer barrio intercultural de la Argentina, primer experiencia de este tipo de desarrollo en tierras comunitarias y desde todos los sectores involucrados subrayan – al decir de Rodriguez – la prepotencia de trabajo de la Senadora Nanci Parrilli que “logró que se aprobara la ley por unanimidad en el senado y por amplísima mayoría en diputados en tiempo record, le dio posibilidades a este sueño del barrio intercultural.”

Otro de los presentes fue el director del Dinaprei (Dirección Nacional de Preinversiones), Víctor Gabriel Gigena, que se comprometió a financiar y continuar con el proyecto, en el siguiente paso, que es la elaboración de los pliegos, “hay que hacer los proyectos ejecutivos, tanto en el desarrollo urbano…hay que ver las tipologías de viviendas que los vecinos han desarrollado, todas con orientación para la eficiencia energética, las plazas, los espacios públicos, los espacios comunitarios. Lo que va tomando forma, ahora que se cuenta con la tierra, es como dijo la senadora, le va a cambiar la cara a San Martín de los Andes”.

Para avanzar se incorporó a la mesa política al Ente Provincial de Energía del Neuquén, a la Cooperativa de Agua local, para continuar desarrollando los proyectos de la provisión de servicios.

Como en todo proyecto de obra pública el gran desafío es conseguir los fondos para la construcción de este ambicioso proyecto, que a destajo los funcionarios locales y nacionales, están gestionando.

Entre tanto desde el municipio se anunció que el ejecutivo está enviando al CD el proyecto de Ordenanza por el cual el Municipio acepta como dominio y propiedad municipal 31 hectáreas para ser destinadas a recreación, educación, salud y deportes, más 13,5 ha de bosque protector y contempla también las 77 hectáreas para la construcción del Barrio Intercultural y las 250 has. que se restituyen y reconocen como propiedad de la Comunidad Curruhuinca.

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