“Recibo un llamado a las tres menos cuarto de la mañana en mi domicilio, atiende mi hijo menor, en ese llamado dicen que a mi hijo lo habían molido a palos; mi hijo Tincho dice quedate tranquila llamo a papá y sale a buscarlo. En eso suena el celular, se escuchan gritos, se corta. Llaman a mi casa, era mi hijo Johny diciendo mamá a Mati le pegaron dos tiros la policía. Agarro mi auto y salgo a buscar a mi hijo. Cuando llego había un grupo de gente en la esquina (antes de 3 de Caballería y Pérez), pregunto y me dicen que esta lastimado.
Cuando lo veo le estaba pegando al poste con un hacha y le grito: acá está mamá, el se acerca, tira el hacha y me dice: me tienen cansado, mira como me tienen. Tenía toda la cara lastimada, la frente hinchada…vamos al hospital. El me dice que se la llevaron a Vanesa (pareja de Matías) la molieron a palos. Lo tomo de la cintura, y cuando giro para llevármelo hacia el auto, hay un policía apuntándome con la escopeta. Subo a mi hijo al auto, del lado del acompañante y cuando intento ir para mi lado, veo el auto rodeado de policías apuntándome con escopetas.
En eso viene un oficial que dice: saquen a ese hijo de puta de ahí y saquen a la madre, me tiran para atrás, y veo como le empiezan a pegar a mi hijo adentro del auto hasta que lo agarran de los pelos y lo sacan del auto, a mi me tenían con los brazos para atrás y me golpeaban la espalda. Me pusieron las esposas y me hijo gritaba no lastimen a mi mamá, no la lastimen. Ahí nos tiran a la camioneta a mí y a mi hijo.
Cuando llegamos a la comisaría del centro, me bajan de la camioneta y me empujan. Yo pedía que me traten bien, me tuvieron ahí parada y me decían “yegua sentate”; en eso abren una puerta y veo que a Vanesa la tiran al piso y veo como lo pateaban a Mati en el piso y otro le caminaba por arriba de la espalda y el saltaba.
Después se me acercó un policía grandote, que se me puse de frente y me gritó: “a vos hija de puta te dijeron que te sientes” y me empezó a patear los tobillos…
Me suben otra vez en la camioneta, yo seguía esposada, y me llevaban a toda velocidad, frenaban de golpe, hacían zigzag y tomaban los lomos de burro con todo y yo iba atrás golpeándome contra todo. Llegamos a la comisaría de la 43, me sacan todas mis pertenencias, las zapatillas – que no tienen cordones – y preguntaba porque estaba ahí y nadie decía nada, solo se reían. Y me meten al calabozo. Estaba oscuro con muchísimo olor a todo, mugre en el piso, frío y yo estaba descalza y seguía preguntando “¿Por qué estoy acá? No puedo respirar. Me ahogaba. Así estuve hasta el cambio de guardia.
Ahí pude ver a un oficial que me conoce que me dijo “quedate tranquila, tu papá y tu mamá te están buscando, están haciendo lo posible para sacarte de acá.” Y de ahí no supe más nada hasta la una media que apareció el papá de mis hijos con un abogado.
A las 6 de la tarde me avisan que me trasladan a la comisaría del centro porque me dicen que el abogado había logrado mi libertad y cuando me hacer firmar me dicen que yo había sido demorada por resistencia al arresto.
Al abogado le dije que estaba todo filmado (por una cámara de calle), tiene que estar todo cuando llegue a buscar a mi hijo. Pero dicen que el video no está porque dejó de funcionar. A mí nunca me dijeron: Señora tenemos que llevar a su hijo.
Porque si mi hijo ha cometido delitos y tiene que pagarlos que los pague, pero hay una justicia que tiene que dictaminar sentencia para eso.
A mí nadie me lo contó, yo no vi una película, lo viví en carne propia.