“Recibimos un llamado telefónico alrededor de las 7.30 de la mañana, alertándonos de la situación”, detalló el jefe de la unidad 43 con asiento en el barrio El Arenal, Dario Dangelo. “A partir de allí, nos presentamos en el lugar y se le tomó la denuncia al sereno del corralón municipal”, agregó el uniformado.
Durante toda la mañana de este martes, personal de la comisaría del barrio en cuestión y de la Brigada de Investigaciones, acompañados por funcionarios del área de Obras y Servicios Públicos de la municipalidad, realizaron peritajes y recorridas por el corralón, principalmente en la zona de donde de sustrajeron los elementos.
Un ex empleado municipal, contó a este diario que, desde hace años, los cercos del corralón municipal no están en buenas condiciones y que la iluminación del lugar no es la óptima para controlar que es lo que ocurre en toda su superficie.
El 28 de septiembre pasado, en conferencia de prensa, el intendente Juan Carlos Fernández, había reconocido que “seguramente los controles en el egreso e ingreso de cosas del corralón no son los más eficaces”, aunque en ese momento, el jefe comunal anunciaba la puesta en marcha de un “protocolo de control en las dependencias municipales”.
Esta vez, los “amigos de lo ajeno”, ganaron de mano la pulseada y nuevamente quedó en evidencia la falta de control de los bienes que pertenecen a todos los sanmartinenses.
Un dato no menor, las baterías pesan alrededor de 40 kg. Cada una (se robaron seis), no se forzaron las máquinas para sacarlas (se tomaron su tiempo de retirar bulón por bulón, sin dañar nada), ante este último dato, surge que eran los ladrones son conocedores de la materia (pudieron actuar con rapidez).
El monto de las seis baterías ascendería a unos 12 mil pesos.