Ayer, en horas de la tarde, llamativamente una de las calles de acceso al barrio “Buenos Aires Chico” fue el lugar “elegido” por los camiones contratados que habían recolectado los residuos de distintos puntos de la ciudad para volcar lo acumulado en toda una tarde. Es que pasadas las 18, cuatro de los camiones contratados para la recolección de residuos, dejaron su carga a escasos metros de las viviendas del barrio, en la orilla del arroyo Pocahullo y a pocos metros de la escuela 179. Finalmente, la basura fue llevada al vertedero con custodia policial. Hasta el intendente Fernández cargó bolsas en los camiones. (Click en la foto para ver galería de imágenes, gentileza Nahuel Areco)

07 Dic 2012
    

La información comenzó a circular rápidamente y fueron los propios vecinos quienes alertaron a los medios de comunicación de lo que estaba ocurriendo. Sorprendidos, funcionarios de primera línea del municipio, encabezados por el intendente Juan Carlos Fernández, se acercaron al lugar para ponerse al tanto de la situación.

Según explicaron en el lugar, la orden de tirar la basura en ese lugar “no fue dada por ningún funcionario del ejecutivo” y hasta incluso, durante la tarde noche de ayer se hablaba de la existencia de amenazas a algunos funcionarios relacionados con el área de Obras y Servicios Públicos.     

En dialogo con los vecinos, y en medio de una tensa discusión, el intendente y el secretario de Gobierno, Guillermo Carnaghi, se comprometían anoche a sacar la basura del lugar. Fue en ese momento, cuando un vecino en medio de una situación de furia le arrojó una bolsa de residuos al cuerpo de Carnaghi.

Pasaron los minutos, y con la llegada de varios camiones y una máquina pedida por el intendente Fernández, comenzaron a levantar la basura que había sido arrojada en el lugar. Fue el propio intendente, acompañado de varios de sus funcionarios, quienes se encargaron de comenzar con el “rejunte” de los desperdicios.

Momentos de tensión se vivieron cuando uno de los vecinos, menor el,  quiso sacar fotos de la situación y fue agredido, aparentemente por otro vecino. Hubo corridas, golpes, gritos, y luego todo volvió a la calma… a una tensa calma. A raíz de ello se acercó al lugar una importante cantidad de efectivos policiales.

Una vez llenos los 3 camiones pedidos para la ocasión (que no eran los mismos que volcaron los residuos por la tarde) se resolvió llevarlos hasta el vertedero municipal. Lo hicieron, a pedido del intendente, con custodia policial. 

Aún se desconoce de dónde surgió la orden de arrojar los residuos en este lugar de la ciudad, a pocos metros de una escuela primaria y en la puerta de varias viviendas. Sí se supo en el lugar, que habría sido amenazado, durante la tarde, el secretario de Obras y Servicios Públicos, Martín Comesaña, así como los camioneros que trasportaban los desechos. Además, existía la posibilidad de que los camiones que realizaron durante la jornada de ayer la recolección de residuos optarían hoy por no hacer el trabajo “por miedo” a represalias.