Conmemoraron el 25 de mayo e hicieron un balance de lo realizado hasta el momento por la Asociación Vecinos Sin Techo en el barrio intercultural. E inauguraron la primera etapa de un obrador en el predio.

30 May 2013
    

De la celebración que se realizó el domingo pasado en el Lote 27, participaron los anfitriones, la Asociación Vecinos Sin Techo, autoridades municipales, organizaciones sociales, donde quedó inaugurado un obrador en el predio.

Este obrador, de 10 x 10 mts. de dos plantas, tiene el objetivo de ser un espacio multiuso para la organización, orientado a poner en práctica el desarrollo productivo del lote 27. Paralelamente se realiza una gestión ante el Ministerio de Trabajo de la Nación para el financiamiento de herramientas para poder construir una carpintería y una carpintería metálica.

“Esto nos permitiría solucionar dos cosas – comenta Juan Bustamante, presidente de los Vecinos Sin Techo – por un lado poder poner en práctica un espacio de trabajo permanente, garantizando a los vecinos un trabajo y un ingreso, y nos habilita para que nos vayamos preparando para hacer las futuras viviendas en el barrio intercultural.”

Lo realizado hasta el momento en el proyecto Bustamante lo califica como “lento pero progresivo”, y detalla “tenemos la ley nacional donde se restituyen 400 hectáreas que comprende el lote 27, de las cuales 77 son para el barrio intercultural, 31 para el municipio y el resto para uso de la comunidad originaria Curruhuinca.”

Inicialmente se apunta al sector productivo del lote para lo cual cuentan con un financiamiento para la construcción de cuatro invernaderos, que consta del equipamientos, mangueras, entre otros y donde ya comenzaron los trabajos en ese sentido.

“Otra de las cosas importantes que hemos logrado avanzar es en la planificación participativa del barrio, el diseño del barrio con la tipología de viviendas, el impacto que vamos a producir en el medio natural donde vamos a vivir, atendiendo todas las necesidades que va a tener este barrio natural y medio ambientalmente sustentable, para lo cual se hicieron alrededor de 50 talleres, en esta primera etapa”, agregó Bustamante.

En la segunda etapa está prevista la realización ejecutiva de todo lo diseñado como barrio y servicios, esto es los planos, el cálculo de materiales, la mano de obra, lo mismo para la infraestructura de servicios y los espacios comunitarios destinados a la salud y educación intercultural “como los pilares para garantizar que esta comunidad de cambio sea posible”, sentencia.

La totalidad del barrio comprende 250 familias ubicadas, en la primera etapa, un espacio urbanizado de entre 40 y 50 hectáreas de un total de 77 has del lote, con un impacto ambiental del 50%.

Respecto de las diferencias planteadas por la comunidad Curruhuinca con los Vecinos Sin Techo respecto de la cantidad  de viviendas que le corresponden a cada comunidad y su respectiva adjudicación, Bustamante explica que “estamos trabados en un compromiso de generar un convenio de cómo se va a urbanizar el lote 27 en lo que tiene que ver con las viviendas, que va a ser habitado por vecinos que se determinan ciudadanos argentinos y por vecinos de la comunidad originaria. En ese sentido tenemos un desencuentro porque no hemos acordado la metodología que vamos a implementar; el problema es que la propuesta de adjudicación es más compleja, porque nosotros apuntamos a que la adjudicación tiene que tener autonomía y transparencia.”

Para finalizar el presidente de la organización indicó “nosotros no tenemos otra pretensión que lograr que se hagan las viviendas, que se haga el barrio intercultural y que sea un ejemplo acá en San Martín de los Andes y para todo el país; y el éxito de cómo salga esto va a ser que este proyecto se pueda replicar en distintos lugares, ese es nuestro objetivo, que es mucho mayor que la disputa de cuantas viviendas va para cada uno y de que manera se van a adjudicar” sentenció Bustamante.