Kevin Johansen más los siete músicos que forman The Nada, dejaron todo sobre el escenario, hicieron reír, aplaudir, bailar y hasta cantar a un público que esperaba impaciente por la aparición de los artistas que dieron el alma en dos shows, que duraron poco más de dos horas cada uno.
Más de 300 personas pudieron disfrutar de la grave voz del cantante, sus locas ocurrencias, montones de anécdotas, de su charango, su banjo, su guitarra acústica y la sorprendente guitarra rosa estampada con el rostro de Kitty con la que se acompaña en su canción de protesta S.O.S. Fashion.
La banda y el sonido fueron impecables, emotivos, desde el principio hasta el final del show cuando cerraron el espectáculo uno por uno cantando la canción de despedida donde fueron ovacionados y aplaudidos de pie por toda la concurrencia.
Las ocurrencias artísticas de su artista amigo Liniers, fueron proyectadas en la pantalla de fondo, acompañando a la música de una forma exquisita, rítmica y explicativa. El arte a pleno se mostró al servicio del expectador.
Hasta se dieron el lujo de invitar a tocar al Brasilero Renán, que estaba allí apreciando el show, quien se sentó sobre el cajón peruano y acompañó a los músicos.
Un despliegue sorprendente de calidez, simpatía, buena leche y música para disfrutar.
Tocaron temas como Sur o no Sur, Down with my baby, Hotel Patagonia (la versión “achangarada” de Hotel California) Daisy, Anoche soñé contigo, No voy a ser yo, La cumbiera intelectual, Guacamole, Desde que te perdí, En mi cabeza, Hamaca, No me abandones, El círculo, McGuevara´s o Che Donald´s, Hindue Blues, El incomprendido, El palomo, entre otras.
Un público tímido al principio, terminó bailando y cantando los distintos ritmos "des-generados" propuestos por los ocho músicos que brillaron sobre el escenario y dieron todo, haciendo florecer la sala Amancay del Centro Cultural Cotesma.