Todo comenzó el sábado cuando la agrupación de los Muchachos Peronistas y el partido Unión Popular hicieron público su “profundo desacuerdo con las medidas que intenta tomar el Gobierno Municipal, en cuanto a pretender aumentar los impuestos y crear nuevas tasas”.
Si bien sólo parece una postura opositora frente a la propuesta local de crear un “aumento de la presión fiscal sobre los contribuyentes”, el documento público insiste en que la razón para tal medida se debe a “la evidente falta de gestión de este Gobierno Municipal, (que) lo lleva a intentar adoptar medidas de esta naturaleza”, y hace manifiesto “su total apoyo a la medida alternativa presentada por el Bloque de Concejales del Partido Vecinal Solidaridad Sanmartinense, referida al proyecto de ordenanza que procura la rebaja salarial de los Concejales, de los Secretarios, de los Subsecretarios, e invita adherir a esta medida al Intendente Municipal con la donación del 10% de su salario.”
Como todos pueden imaginar esto no cayó bien del lado del peronismo oficialista, cuya embestida se hizo esperar hasta tempranas horas de la mañana de ayer, que sin la menor delicadeza contraatacó al “partidito mediático” en alusión al partido Solidaridad Sanmartinense dirigido por el concejal Bruno al que le propinaron dichos de “peligroso para nuestra democracia local” y “poco estudio, menos aún trabajo y mucha violencia, todo lo que puede ofrecer un patotero como Alberto Bruno y su partido político de ocasión.”
“Pero al patoterismo de siempre, este señor violento del partido vecinal le ha redoblado la apuesta. Tiene de Carrió el impulso por desvalorizar todo, de Guido Süller la presencia mediática exaltada y sin contenido, y de Barrionuevo la violencia como táctica, la amenaza como estrategia y el dinero como herramienta para adherir la voluntad de los especuladores que sólo ven en la política la forma para beneficiarse individualmente”, continuó la respuesta del movimiento Evita.
Esta declaración del Movimiento Evita no finaliza ahí, acusan a Bruno de esta trabajando para poder devolverle la plata al “financista”, del que nadie habla pero todos parecen saber quién es, “que lo exime de representar ideas con la sola exigencia de que defienda sus intereses inmobiliarios, comerciales y comunicacionales a expensas de nuestros vecinos bajo el rótulo de partido vecinalista.”
Esto parece ser solo el comienzo de una interna partidaria muy fuerte, que deberá bajar los decibeles de agresividad y elevar el nivel de la discusión; porque sino como dice el viejo refrán “se los devoran los de afuera”, que mansos y tranquilos miran calladitos.