En la sesión de ayer del cuerpo legislativo, en el espacio de homenajes y declaraciones, se destacan algunos discursos viciados por las chicanas políticas, las discusiones y la falta de debate serio en temas transversales a la sociedad.
En este sentido el concejal Bruno hizo un repaso de lo que aconteció mediáticamente con los comunicados del Movimiento Evita en su contra emitidos desde prensa municipal, las pensiones de Malvinas y la rebaja de los sueldos como eje central de su alocución, a los que apuntó como cuestiones de la “cosa política”, y le respondió a los del Intendente en medios locales, expresando que él puede trasparentar sus jubilaciones, su financiamiento y “su familia”…
Más tarde el concejal Obeid, con la honestidad brutal que lo caracteriza, detalló de manera gráfica el trato que algunos políticos dan a su electorado “los usamos, los manoseamos, los hacemos subir a los micros, les pedimos que nos voten y cuando hay un mísero camión o ayuda, por poco que sea, yo me quedó con la carita de la gente cuando recibe las cosas”, en referencia a la entrega de ayudas sociales que se entregaron días pasados y según su visión “a la actitud que debemos tomar frente a la pobreza, de trabajo social profundo” denominó el presidente del cuerpo.
También la concejal Otharán utilizó su espacio, inicialmente, para lamentar la situación política en este período de la gestión, que “me recuerda a viejas épocas de este Concejo Deliberante, donde hemos pasado años de peleas y agravios”, pero no pudo dejar de sumarse a la agresión imperante y disparó “la política no es para cualquiera, no es para mitómanos, mentirosos, ni para delincuentes, ni para testaferros, tampoco es para aquellos que se disfrazan de obreros a la mañana y a la noche se van a tomar whisky en las confiterías más caras, eso es una caradurez”, aportando todo lo contrario a lo que dice que pretende hacer desde su banca.
Finalmente Obeid intentó bajar los decibeles de cara al tratamiento de los temas del orden de día, apelando a los vecinos presentes que comenzaban a retirarse con la sensación agridulce de otra sesión muy poco productiva para la construcción política local.