NOTA DE GUSTAVO CASTAING
Como si se tratara de un examen devaluado por falta de mérito ideológico, el kirchnerismo duro, en su versión local y de la mano de un funcionario municipal, el profesor de historia y concejal Santiago Fernandez, quien representa al pueblo de San Martín de los Andes, le puso una mala nota al electorado tras considerar que la única perdedora del pasado domingo fue la democracia. También aseguró que el "peronismo", al que representa, no perdió y que "Juntos por el Cambio" no es el ganador. Afirma, con buen criterio, que los votos de JxC son más un castigo a las "no políticas" peronistas que el Gobierno nacional viene llevando adelante por contexto de la pandemia. Y sin más se despacha con el “y pero Macri”, describiendo las fallidas políticas del gobierno "neoliberal" y haciendo un recorrido elíptico que lo sitúa en el presente sin atravesar el pasado año y medio de gestión kirchnerista. Una suerte de amnesia temporal que le permite, desde el relato, atravesar indemne la larga cadena de sucesos políticos, solo entendibles desde una óptica religiosa, que viene campeando el gobierno de "Alberto y Cristina".
Textual escribe: "luego de un periodo hizo caer la economía tres de los cuatro años de gobierno, endeudó por más de cien mil millones de dólares al Estado, duplicó la desocupación, aumentó la pobreza del 25% al 38%, provocó el cierre de más de veinticinco mil pymes y bajó el salario formal un 20% y las jubilaciones un 12%, entre otros datos de su lamentable desempeño social y económico". Lo que el concejal Fernandez no quiere mencionar en su texto, haciendo una drástica omisión a la historia reciente, es que el gobierno al que él representa, en solo 20 meses logró superar, a la baja, las malas cifras del gobierno macrista, poniendo a todo el país de rodillas mendigando subsidios, fundiendo pymes, empresas medianas y grandes, propiciando la mayor migración de inversiones nacionales y extranjeras de la que se tenga registro y empujando a la pobreza a más de 1.000.000.- de familias de clase media, luego de desplomarse el PBI un 10%, casi tanto como durante la crisis del 2001. Muy particular forma de armar paradojas la del concejal, uno casi no puede evitar preguntarse si mantendrá los mismos estándares académicos a la hora de pasear a sus alumnos por los pasajes de la historia nacional, teniendo tan mal registro de lo que pasó apenas ayer. O si se entregará libre e impunemente a la interpretación ideologizada para confeccionar conclusiones desopilantes, como lo demuestra en ese escrito?
En otro pasaje del mismo realiza una velada evaluación de la gestión del gobierno actual, al estilo abogado del diablo, diciendo: "El plebiscito electoral no desvalorizó la aplicación de políticas peronistas sino su no aplicación. Por ende no perdieron las políticas peronistas del gobierno sino el no peronismo de las mismas.” Entonces, le preguntaría al concejal cómo es posible que alguien que cobra un sueldo de los contribuyentes pueda descaradamente tomarlos de p....dos? Acaso está tratando de salvar la doctrina peronista de las manos del propio gobierno peronista? O lo que usted intenta decirnos es que ante una emergencia nacional, un desastre natural o una pandemia deberíamos llamar a elecciones y votar a un gobierno no peronista?
En otro tramo habla sobre "un conjunto de impugnaciones de dudosa evidencia hacia el gobierno nacional, tales como que “vamos camino a Venezuela”, “no se consiguieron vacunas”, “se ataca a la libertad y la democracia” o “nos quieren pobres y sin educación”, inmediatamente después aclara: "Demás está decir que tales afirmaciones no se pueden sostener en datos objetivos adjudicables ni a la conducta del gobierno ni a la presunta experiencia opuesta del macrismo en los años previos". El hecho que el concejal tilde de impugnación o acusación dudosa al "vamos camino a Venezuela" deja en claro que reconoce en esa frase una acusación que desprestigia al gobierno nacional, reconociendo indirectamente problemas de índole político o de crisis en el país caribeño, postura que el gobierno central se empeña en negar insistentemente. Una contradicción oportuna, una más de tantas en su espacio político. También el hecho que "no se consiguieron vacunas" a tiempo por diversas cuestiones que deberá esclarecer la justicia, contrafacticamente podríamos conjeturar que eso habría provocado más muertes. Por último el "nos quieren pobres y sin educación", es una afirmación nacida en el seno de la clase media Argentina, a la que los militantes del Frente de Todos apodaron “clase mierda”, segmento del electorado que luego de 70 años de peronismo sabe hacer sus números, concejal. Si a eso le sumamos un año entero de clases perdidas en todos los niveles de la educación, por el aislamiento que nos iba a generar 10% más de pobres pero evitaría 100.000.- muertes, las suspicacias se vuelven un grito que sale de las entrañas.
El lector se preguntará, que es esto, una lucha ideológica a carta abierta? ¿De que sirve esta discusión entre un político de cabotaje y un elector ofuscado, si es cierto que los doce años de Nestor y Cristina, los cuatro de Macri y los dos de Alberto lo dejaron tirado y afuera del sistema?
En mi opinión, no es ético y tampoco posible defender ninguna gestión, ni mucho menos a la clase política ante tantas y contundentes pruebas de incapacidad para resolver los problemas de la gente. Por décadas la política no ha hecho más que demostrar su impericia a la hora de representar los intereses del pueblo. Y como le gusta decir al concejal Fernandez, yo no juzgo a las personas sino a sus actitudes y es por eso que decidí escribir estas líneas, para poner de manifiesto que su pretendidamente intelectual paradoja sobre las P.A.S.O. se reveló como una actitud soberbia y poco autocrítica.
Por esta razón, por la sucesión interminable de gobiernos del mismo signo, por ese aroma a hartazgo que se huele desde hace algún tiempo en nuestra sociedad y por ser representante del pueblo y de su espacio político, es que el concejal Fernandez debería guardar el más respetuoso silencio ante la expresión del electorado.