Si bien el Municipio, a través de la planta de reciclado SIRVe, solicitó expresamente a los vecinos no sacar los residuos a la vía pública, los cestos del casco céntrico y los barrios periféricos se encuentran colmados, rebalsados, e incluso con bolsas ubicadas sobre la tapa, o a los costados.
Comidos por perros, picoteados por chimangos, los cestos continúan cada día acumulando más residuos, evidenciando una desatención al pedido de colaboración lanzado por parte de las autoridades.
En pleno receso invernal, con casi un 80 por ciento de ocupación hotelera, el escenario de la basura aguarda a ser resuelto lo antes posible, aunque todavía no se confirma una fecha concreta en que se reanudará con normalidad el sistema de recolección, o bien alguna medida paliativa, como la colocación de volquetes, anticipada como una posibilidad por Iván Miño, el Secretario de Obras Públicas, solo algunos días atrás.