Nicolás Stupenengo tiene 47 años, es amante del turismo, los viajes, el deporte y de mostrarle a los demás que, si él puede hacer todo lo que se proponga, los demás también lo pueden lograr.

23 Ago 2019
    

Su nombre es Nicolás Stupenengo, tiene 47 años, es amante del turismo, los viajes, el deporte y de mostrarle a los demás que, si él puede hacer todo lo que se proponga, los demás también lo pueden lograr.

Nicolás tiene comprometida su columna vertebral, por lo cual no posee movilidad ni en sus piernas ni en sus brazos, pero en compañía de su perra de asistencia, Sofi, recorre la argentina difundiendo la accesibilidad de los destinos; en este caso, San Martín de los Andes y el Cerro Chapelco fueron los elegidos.

Hospedajes, restaurantes, casas de té y las rampas de la ciudad fueron algunos de los puntos destacados por este “corresponsal”, que, su objetivo en la vida es facilitarle a otros, toda la información necesaria para emprender un viaje.

“Vidas reales” es el canal por el cual él logra difundir esta información para que aquellos que se encuentran en la misma condición. El objetivo es que logren tener conocimiento de lo que cada ciudad y sus proveedores pueden ofrecerles, y así disfrutar de cada lugar como si fuese el suyo. En esta cuenta de Facebook e Instagram se muestran historias de gente con discapacidad, historias de las familias que acompañan y sostienen, e historias de superación. “Lo que se busca es mostrar como el ser humano con discapacidad va evolucionando en todos los aspectos”, explica Nicolás.

Sus tres días en el cerro fueron increíblemente novedosos. Nicolás nunca había practicado este deporte y quedó fascinado. “Lo que yo quería era mostrar lo que es el invierno para las personas con discapacidad, y Chapelco es la cuna del esquí adaptado”, manifestó este amante de la vida, que constantemente trabaja para superarse.

La Agencia Nacional de Discapacidad es quien lo contrata, para poder mostrar, a través de él y de las redes sociales, las bellezas de la argentina y su accesibilidad. “Para mi San Martín de los Andes es óptimo para una persona con discapacidad, está muy bien armado, acá hay muchas posibilidades”, finalizó su relato Stupenengo.