El temor a que el escenario del invierno 2020 se repita crece entre dirigentes políticos y empresariales.

11 Abr 2021
    

A todos les parece que la experiencia del año pasado fue traumática y no debería repetirse. Pero el avance del Covid igual preocupa y la expectativa está en que los casos no se disparen y el sistema sanitario se mantenga en control de la situación.


San Martín de los Andes logró redondear en el período diciembre/marzo una temporada turística por encima de las expectativas y todos los sectores, con mayor o menor énfasis, resisten cualquier nueva medida de confinamiento y aseguran que otro cierre masivo de comercios y de hoteles sería “nefasto” para la ciudad.


El intendente Carlos Saloniti dijo que el impacto de la parálisis que el año pasado se extendió por casi nueve meses “fue muy alto”. Aseguró que “la pandemia no es solo un problema sanitario, es también un problema de salud mental, un problema sociológico y un problema de relaciones, sin hablar de lo económico”.


También refirió que en la comunidad local creció el rechazo a repetir lo ocurrido en la cuarentena estricta, cuando las prohibiciones fueron indiscriminadas a pesar de que “San Martín no tenía ni un caso de Covid”.


En los últimos tres meses la enfermedad registró un pico alto en la ciudad y luego un marcado descenso, aunque nunca volvió a los números originales (ver recuadro). El intendente afirmó que “el turismo no tiene incidencia en la expansión del coronavirus” y que la principal causa son “los encuentros sociales, las fiestas de fin de año, el relajamiento que es una tendencia natural en esta época”.


Aseguró que la apertura del cerro Chapelco en el invierno pasado tampoco fue un factor diseminador de contagios y por el contrario “permitió dar contención y crear trabajo”.


El principal temor que sobrevuela en San Martín es que por la llamada “segunda ola” del virus se imponga un nuevo freno de toda actividad económica desde el gobierno central y sin distinción alguna. Cree que eso provocaría “un nuevo estrago” en la economía local.


Una mirada parecida fue la que aportó el presidente de la Cámara de Comercio sanmartinense y la Federación de Entidades Empresarias Neuquinas, Lucas Mántaras. “Acá durante 2020 la economía sufrió muchísimo, hubo gran cantidad de cierres, tantos que dejamos de contarlos. La situación para otro posible cierre no está dada, ya no es como hace un año -explicó-. Todo el mundo está endeudado y si trabajó bien en el verano fue sólo para mantenerse a flote. Pero no pagó las deudas ni se levantó de las pérdidas acumuladas por nueve meses”.


Admitió que la apertura turística de diciembre “cambió todo”, porque inyectó en la ciudad “oxígeno y trabajo” y apostó a mantener la actividad en marcha, aunque ya pasó la temporada fuerte y sólo queda esperar lo que aporten los fines de semana largos y luego el invierno.


“Confiamos en que no se van a tomar las mismas medidas que el año pasado, aunque lo que veo es que seguimos sin vacunas, y sin un sistema sanitario fortalecido”, dijo Mántaras.


En San Martín hay una mirada muy crítica sobre la forma en la que el gobierno provincial manejó hasta ahora la relación con los trabajadores de salud, quienes mantienen un largo conflicto salarial y afectaron la actividad turística con los cortes de rutas de Semana Santa.


“Casi no tuvimos beneficios tributarios. Con gran esfuerzo la actividad sigue con sus pagos de Ingresos Brutos, de Inmobiliario ¿ese dinero no debería ir antes que nada a Salud?”, se preguntó otro empresario.


Panorama adverso


El panorama sombrío que instalaría un turismo clausurado en los próximos meses preocupa a todos. Lo mismo que la falta de incentivos y ayudas estatales para la actividad. El presidente de la Asociación Hotelero Gastronómica, Agustín Roca, dijo que aspiran a estímulos y acompañamientos que les permitan “dar trabajo todo el año”.


Mántaras opinó que “no hay ningún margen” para un retroceso con cierres totales, Dijo que ese fue “un instrumento extremo, lo estiraron muchísimo y ya lo gastaron, cuando tal vez no hacía falta. La ciudad estuvo nueve meses sin un solo caso y con todos los restoranes cerrados, haciendo delivery. No era lógico”.


En contraposición, Roca reconoció que “el verano fue muy bueno, con un público distinto, familias con hijos, un ritmo muy parejo durante dos meses y los camping tuvieron un éxito rotundo”. El sector quiere mantener esa puerta abierta y sostiene que los mensajes de prevención y un buen sistema sanitario son suficientes. “El turismo es muy sensible a todo lo que se habla, a los rumores, la incertidumbre te destruye”, afirmó Roca.


En San Martín de los Andes “el 70% de la economía depende de la actividad privada y sólo el 30% es sector público”, subrayó el intendente Saloniti. Y el turismo es la fuente de ingresos casi exclusiva.


A diferencia de lo que ocurre en otras localidades con “monocultivos” de ese tipo, Saloniti dijo que en San Martín no se plantean una “reconversión” con alternativas productivas que descompriman la dependencia turística.


El intendente dijo que la línea que él ve como apropiada para San Martín es “profundizar el turismo, que tiene mucho potencial desaprovechado”.


Aseguró que es una “industria sin chimeneas” que debe ser valorada por su sustentabilidad ambiental. Subrayó que la ciudad históricamente “puso el eje en ese valor” y también en lo urbanístico, con opciones como la de no construir en altura y optar por una expansión en superficie, “con el costo que eso significa”.


Dijo que la única actividad generadora de empleo y movimiento económico aparte del turismo es la construcción, que igual “está asociada a las inversiones en hotelería y servicios para los visitantes y las nuevas radicaciones con ese fin”, según apuntó la secretaria coordinadora del Consejo de Planificación Estratégica, Sara Castañeda.



Mántaras observó que “el turismo es la actividad principal y eso no va a cambiar”, pero aceptó que San Martín podría explorar otras posibilidades.