El Barrio Cantera nace hace 50 años a partir de un asentamiento, hoy llamado toma o usurpación. Donde vecinos necesitados de tierras ocupan un lugar con el fin de echar raíces y comenzar una vida en sociedad.
Oscar Calderón, vecino del barrio desde hace 30 años, cuenta que si bien la gente se “instalaba” en un pedazo de tierra, la diferencia con las tomas de hoy era que “no eran de forma masiva, que de la noche a la mañana, se asentaran 50 familias”.
Más del 35% de sus habitantes no tiene gas y muchos todavía pelean por la titularidad del dominio de la tierra que habitan hasta terceras generaciones. “Los veinteañeros creemos que podemos pagar esos pedacitos de tierra porque que hay hijos nuestros nacidos y criados en el barrio necesitan la solución.”
Respecto de la actual toma Calderón dice “nosotros no hablamos mucho porque entendemos la situación de gente joven que quiere encarar sus historias de vida, de familias…” y agregó que pensar en “comprar un metro de tierra, aunque tengas un trabajo normal, mensual y en blanco, no lo podes hacer, es carísimo.”
En tanto Calderón calcula que cerca de 2000 personas viven en el barrio Cantera, “teníamos entre 800 y 1000 personas 30 años atrás, crecieron nuestros hijos y fue avanzando al doble o más.”
Entre los actúales reclamos, además de la titularidad de las tierras, se encuentra el tema del mantenimiento de calles y el asfalto de la cuesta Feliz de Amador, que el invierno pasado fue el principal acceso de los turistas y residentes al cerro Chapelco, producto de un corte de ruta sobre la 237, ahora ruta 40 que, impedía el paso por Siete Lagos.