27 Ene 2025
    


Luego de varios años de transitar por instituciones alejadas de sus comunidades y comprobar la notoria disminución de las matrículas, y con la incertidumbre y la lucha como consignas, las comunidades educativas de las escuelas 155 de Pil Pil y 116 de Lolog celebran que el ciclo lectivo 2025 las encuentre en los nuevos edificios.


Los nuevos edificios fueron inaugurados este viernes por el gobernador, Rolando Figueroa, el intendente Carlos Saloniti, junto a representantes de las comunidades educativas y a familias, que en un par de días comenzarán un nuevo ciclo lectivo.


La directora de la Escuela 155 de Pil Pil, Gladys Ortega, recuera que “fue un proceso largo” y que “tener la nueva escuela es el resultado de todas las cosas que se han hecho”. Cuando ella asumió la dirección, hace dos años, la lucha ya estaba iniciada. Las chicas y los chicos de esta comunidad mapuche tomaban clases desde dos años antes en la parroquia San José, una de las pocas instituciones con espacio disponible.  


“Gracias a la comunidad que ha sido un pilar muy importante, a los compañeros de trabajo y a todos quienes nos han acompañado en este tiempo”, señala Gladys. “Estamos muy felices porque cada docente va a tener su espacio para estar con sus alumnos; tenemos una nueva escuela para que todo este equipo excelente siga trabajando”.


Irene Urra es directora de la 116 de Lolog desde hace 5 años y es docente de la misma escuela desde hace 17. “Es maravilloso tener un espacio de calidad para enseñar, para que los chicos puedan estar y aprender, un sueño hecho realidad para toda la comunidad luego de una larga lucha”, señala.


El nuevo edificio cambia las perspectivas para la comunidad, entre otras cosas porque coincide en el tiempo con el crecimiento de habitantes de toda la zona. “El radio de la escuela se amplió y ahora llega hasta Kaleuche. Los nuevos loteos están en el radio de la escuela, además de Quilquihue, que también está creciendo mucho”, comenta.


Irene reflexiona: “No hay palabras para explicar lo que fue transitar este tiempo, fue una puesta de cuerpo muy grande. Las familias no querían dejar el territorio, no querían habitar otros espacios y tampoco perder la esencia de la comunidad, fue un desafío muy grande. Por todo eso, hoy vamos a disfrutar, porque la lucha valió la pena"