Con el inicio de la semana hábil, la falta del servicio urbano de transporte será uno de los principales motivos de preocupación de muchas de las familias juninenses. Quienes viven en los sectores más alejados de la ciudad tenían en el colectivo la herramienta necesaria para llegar a las escuelas, al trabajo, al “centro”. Pero los fríos números, obligaron a la empresa Castelli a suspender por segunda vez en el año el servicio, esta vez con un futuro más incierto.
En febrero pasado, y antes las pérdidas económicas ocasionadas por un servicio deficitario, la empresa suspendió los recorridos. Un urgente acuerdo con el municipio permitió poner en marcha un plan piloto por sesenta días, mientras se gestionaban aportes de nación. Por diversos errores u omisiones, el subsidio nunca llegó, la inflación continuó su camino, el mantenimiento de las unidades , salarios, impuestos y otros gastos minaron las arcas de la empresa, que finalmente debió eliminar el servicio urbano, aunque continúa ofreciendo las frecuencias hacia y desde San Martín de los Andes.
Esta situación causa un importante perjuicio a sectores que habitan a varios kilómetros del centro, como los barrios 101 viviendas, Tañí Mapu, o la guarnición militar por ejemplo. Escolares, trabajadoras domésticas, vecinos que necesitan llegar al área centro deberán encontrar desde mañana otro medio para llegar a tiempo a cumplir con sus obligaciones, con el gasto adicional que esto significa, o con la complicación que significará caminar con oscuridad, frío, agua o nieve en los meses próximos, durante muchos minutos.
Mientras esto ocurre y los vecinos padecen, se espera el “milagro” de alguna ayuda oficial- por ahora negada - desde la provincia, y demorada desde nación.
Fuente: Es bueno saberlo