Por: Daniel Ramazzotti

22 Jul 2011
    

 

Cuando una ordenanza cuyo fin es más que loable provoca dolores de cabeza a residentes y turistas, algo no está bien y sin lugar a dudas merece ser modificada.

Un ejemplo de esta situación ocurre con la norma legal que regula la entrega de bolsas en los comercios de la ciudad.

Si bien la medida no es nueva y es cierto que tuvo un largo tiempo de aplicación en forma gradual, cosa que aún continúa, los problemas  que su implementación produce en quienes realizan sus compras en distintos comercios y especialmente en supermercados son al menos importantes.

Según la norma legal en cuestión, en un primer momento solo se debían entregar tres bolsas por cliente, dejando de lado la entrega normal de las habituales bolsitas que se repartían en los super. Tras un buen tiempo de poner en práctica esta situación ahora se pasó a la segunda fase que indica que solo se puede entregar una bolsita.

El motivo de esta medida es proteger el medio ambiente,  cuestión con que nadie esté en su sano juicio cuestionaría. Sin embargo los trastornos que esta ordenanza  genera a los residentes de la ciudad –a pesar de conocer la misma- y  a los turistas que tras realizar sus compras se enteran que deben llevarse la mercadería  donde puedan y como pueden, son innegables.

A esto se suma que no todos los habitantes poseen automóvil y que justamente muchos de estos viven en zonas periféricas y realizan sus compras en los supermercados de la ciudad ubicados en su mayoría en la zona céntrica.

Para salvar la situación en algunos comercios a veces se puede encontrar alguna que otra caja en desuso que el atribulado cliente puede utilizar para poner sus vituallas, pero en otros no.

Cuál es la solución entonces para poder sacar del local, jabones, botellas, galletitas, carne,  pollo y hasta verdura?, muy fácil: ¡Comprar una bolsa de tela que gentil y casualmente están colocadas al lado de la caja y cuestan entre 3 y 5 pesos aproximadamente!

Las bolsas son muy lindas y amplias, pero la pregunta es por qué debe un cliente gastar el dinero que sea para llevar sus cosas?  No sería factible que la concejal que impulsó la ordenanza en cuestión hubiera colocado un artículo donde se obligara a los comercios a entregar otro tipo de bolsa, por caso reciclable?. Y si fue así, por qué no se controla?

Nadie se opone al cuidado del medio ambiente ni mucho menos, pero no a costa de crear un nuevo problema  a quienes en muchos casos ya tienen bastantes.

Nadie pensó en los problemas que origina esta medida a quienes deben tomar el colectivo para trasladarse hasta su hogar y al ir a comprar  no llevaron la correspondiente “bolsa de los mandados”, que de un tiempo a esta parte debe incluirse religiosamente  en la cartera de la dama o el bolsillo del caballero?.

Cómo hace quien debe viajar en colectivo con una caja encima?. A decir verdad, parece que algunos desconocen la realidad de muchos vecinos de la ciudad, o en todo caso no les importa.

Por último y ya que de cuidado del medio ambiente se habla, no sería bueno pensar que el pequeño ahorro que los comercios obtienen al entregar menos bolsas se done a alguna entidad ecologista que destine esas monedas al fin para el cual fue creada la ordenanza que tanto trastornos causa?