Sonia Manzini, la empleada judicial que denunció a su madre y jueza de Paz de Junín de los Andes, Raquel Briceño, por la apropiación ilegal, contó –este viernes- detalles del episodio cuando recibió a su hermano.
El hecho ocurrió en su domicilio de Junín de los Andes, cuando ella tenía unos 10 años. Allí, vio espiando por una ventana que ingresaba a su casa el juez de Paz Julio César Quiroga, a quien conocía por el trabajo de su madre, también en la misma actividad.
Dijo que "jamás olvidaré que lo vi entrar con un bebé envuelto en una manta celeste que tenía un olor a humo muy fuerte. Vi que mi mamá le mandaba sacar la ropita con asco".
"Después yo me fui a mi cuarto y vino mi madre a decirme que teníamos un regalito y que yo le tenía que decir un nombre. A mi madre le gustaba Julio, por Julio Iglesias, y a mí Rafael, así que desde ese día ese bebé se incorporó a mi casa como Julio Rafael Manzini", agregó.
"Julio es mi hermano –añadió Sonia–, y lo amo con el corazón, pero me costó tanto decírselo y durante un tiempo no me creyó. Viví tantos años con esas imágenes, tantos años con el dolor, con el maltrato, que me afectó en mi vida, en mi matrimonio, en la crianza de mis hijos a quienes amo con el alma. Pero ahora tengo la inmensa fuerza de saber que voy por el camino de la verdad", relató Manzini.
La señora, agradeció además la labor de la Red por la Identidad de San Martín de los Andes, una organización de defensa de los derechos humanos, que a la vez trabaja en estrecha colaboración con Abuelas de Plaza de Mayo.
Manzini y su primo Raúl Barizoni ofrecieron una rueda de prensa junto a representantes de organismos de derechos humanos y otras organizaciones, a propósito de la denuncia que sacude desde hace varios días a la comunidad cordillerana de Junín de los Andes.
Foto: FM Total - Junin de los Andes