Hace 3 meses, la Defensoría del Pueblo reiteró al Municipio la necesidad de implementar el Programa de Reducción de Chatarra en el predio de Chacra 2. En el lugar conviven automóviles, restos de poda, miles de cubiertas en desuso, bidones de aceite y residuos de línea blanca, entre otros, generando posibles focos de contaminación y enfermedad.

22 Mar 2018
    

Hace tres meses, la Defensoría del Pueblo y el Ambiente envió una nota a la Intendente Rebolledo y al Secretario de Obras y Servicios Públicos, Iván Miño, solicitando que el Ejecutivo arbitre los medios necesarios para dotar al cuerpo de Guardas Ambientales con los recursos que ameriten para la completa implementación del Programa de Reducción de Chatarra, estipulado por la Ordenanza 9865/13, en el predio de acopio de residuos especiales de Chacra 2.

En el lugar conviven automóviles desarmados o esperando su desguace, más de 5 mil cubiertas en desuso, residuos de línea blanca, cristales, y hasta bidones llenos de litros y litros de aceite vegetal resultante de las frituras de los distintos restaurantes de la ciudad, aceites minerales y baterías viejas, alimentando no solo a una posible e incipiente contaminación ambiental, sino también a la proliferación de roedores y en consecuencia, de enfermedades como en Hanta Virus.

El predio, que requiere periódicamente el mantenimiento adecuado que consta de cortes de pasto, desratización y desinsectación, que debe pagar el Municipio, para asegurar la no afectación de los barrios vecinos, no llega a ser controlado por los pocos recursos con los que cuentan los Guardas Ambientales, y es por eso que se había dado lugar a la Ordenanza mencionada, justamente para dotar al Cuerpo y a la Secretaría de Obras Públicas con más agilidad para resolver, facilitando por ejemplo la baja de vehículos para ser enviados a un chatarral en Neuquén.

En diálogo con este medio, el Defensor Adjunto Gonzalo Salaberry detalló que la situación viene “de hace muchos años”, pero que aún no se ha obtenido una respuesta a la nota presentada tres meses atrás.  

De todos modos señaló que una potencial solución estaría gestándose para los restos de poda y para las miles de cubiertas, gracias a la aplicación de la reciente Ordenanza de Gestión Integral de Residuos Sólidos Especiales. Según les habria manifestado Iván Miño, el Municipio estaría a la espera de una aprobación por parte del Ministerio de Minería neuquino, para avanzar con la remediación de la cantera lindera a la de Werefkin, y podría, para este fin, disponer de las cubiertas y restos de poda.

Sin respuestas oficiales, los días siguen pasando, la chatarra continúa apilándose, tapando cada vez más el sol y recordando, a un costado del camino, que ya no cabe ni cabrá debajo de la alfombra.

 

Fotos: Luis de Brun