Las lluvias de los últimos días trajeron alivio y ayuda a las tareas de combate del fuego en la zona de Quillén, cerca de Aluminé, donde un incendio de grandes proporciones ya ha afectado, según cálculos preliminares, a más de 5 mil hectáreas de bosque nativo.
Según informó John Cuiñas, director provincial de Manejo del Fuego, por efecto del agua caída (este domingo continuaron las precipitaciones y se espera lo mismo hasta horas del lunes) el incendio se redujo en un 80 por ciento.
“El fuego sigue activo pero por suerte tuvimos lluvia anoche (por el sábado) y antenoche, por lo tanto se achicó el incendio en un porcentaje muy importante”, dijo en declaraciones y aclaró: “Todavía no está controlado, ni siquiera contenido".
Indicó que "habrá que aguardar a que deje de llover para terminar de atacar el fuego, porque con estas condiciones los brigadistas no pueden trabajar a pleno. Lo que es cierto es que esta lluvia ayudó y mucho pero queda un 20 por ciento, que es araucaria, que todavía no pudo ser apagado”.
Durante la jornada de este domingo actuaron en el lugar unos 15 brigadistas que vieron dificultado su trabajo para acceder a las zonas que todavía tienen llamas por el barro generado por las inclemencias del tiempo.
Cuando se retomen las tareas habituales (se espera que sea este lunes después del mediodía) se asignarán unas 150 personas entre brigadistas forestales y bomberos.
Respecto a los daños causados por el fuego, Cuiñas dijo a LMN que no hay un cálculo exacto. “Una vez que se termine esto se va a saber cuánto se quemó en total. Aún no se hizo el relevamiento dado que debemos esperar a concluir el trabajo. Hoy estamos abocados a otra cosa, que es seguir controlando el fuego. Luego, en los tres días posteriores se sabrá la magnitud”, explicó.
Se calculan más de 5 mil hectáreas
La cantidad de bosque nativo afectado por el incendio se calcula en unas cinco mil hectáreas. Pero el número real se sabrá cuando terminen las tareas de control del fuego. Con lo cual el daño podría ser mayor.