Los organismos provinciales como la Dirección de Biología Acuática y/o el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén realizan estudios y relevamientos en los cursos y cuerpos de agua. Marcelo Haag, Director general de Control de Recursos Faunísticos y Áreas Naturales Protegidas, aseguró que tenemos que aprender a convivir con esta plaga.

05 Nov 2013
    

“El alga Didymo como cualquier organismo invasor es una plaga muy difícil de controlar, que afecta a todas las actividades acuáticas recreativas”, comenzó diciendo Marcelo Haag, Director general de Control de Recursos Faunísticos y Áreas Naturales Protegidas, para incluir a toda la población en la concientización de la problemática para evitar su dispersión.

“Inicialmente se apuntó a los pescadores como los principales agentes de dispersión, por la dinámica que tiene el pescador, pero también otras actividades recreativas permiten que el alga se disperse. Tablas de flotada de telgopor, una sandalia, un vehículo que pasa por un arroyo y después por otro, son todos agentes de dispersión; esto quiere decir que el alga es un problema de todos los usuarios del recurso”, aseguró Haag.

Si bien, explica el funcionario, que se está trabajando sobre la apertura de puestos de control y desinfección, también se trabaja en una campaña de concientización para el usuario del recurso para que tome conciencia y pueda realizar la desinfección en forma particular.

Por su parte comentó que a través de la Dirección de Biología Acuática y conjuntamente con la Dirección de Recursos Hídricos, se trabaja en las labores de relevamiento y monitoreo de los cursos y cuerpos de agua, con el objetivo de establecer las pautas de vigilancia y determinación de la presencia del alga en los ambientes acuáticos de la Provincia y monitorear su dispersión, y el grado de adaptabilidad que tiene el alga en las aguas de la provincia, por cuanto “por suerte aún no hemos tenido la explosión de floración masiva que ha tenido en otros países, todavía estamos estudiando qué grado de adaptabilidad tiene este organismo dentro de los ambientes de la provincia y la Patagonia.”

Por último el Director general de Control de Recursos Faunísticos y Áreas Naturales Protegidas explicó que el alga no contamina el ambiente, “lo que genera es un cambio de hábitat, es decir a la sensación la mocosidad es desagradable, pero genera un cambio en la micro fauna, provocando un corrimiento de las especias que se alimentan de ella, modificando el ambiente.”