El comunicado distribuido a los medios expresa textualmente:
En Homenajes y Declaraciones consideramos dos días importantes para destacar. En principio el día del empleado municipal, saludamos a los trabajadores con la convicción de que el compromiso y en conocimiento de los trabajadores municipales los constituye como parte de la solución a los problemas que tiene la ciudad.
En segunda instancia recordamos el día de Parques Nacionales saludando a los trabajadores del parque que siempre han considerado el 6 de noviembre como su día.
Después solicitamos adelantar el proyecto de comunicación presentado por el bloque en el que expresamos nuestra preocupación por el drástico recorte en el presupuesto operativo del Parque Nacional Lanín, que repercutió en la pérdida de las fuentes laborales de brigadistas de incendios forestales. Manifestamos nuestro interés en la continuidad del funcionamiento del Plan de Manejo del Fuego para el período 2018-2022.
Fundamentalmente acompañamos a los brigadistas desafectados y a sus familiares compartiendo la preocupación por el riesgo que implica este recorte para la seguridad de los habitantes y los turistas.
En el debate del proyecto que el resto de los bloques acompañaron denunciamos una dramática verdad: mientras que desde los puestos jerárquicos se justifica medidas de reducción de presupuesto, la dirección del Parque Nacional decidió mudarse del tradicional edificio de la calle Santa Fe, en la ciudad de Buenos Aires, a otro frente al Teatro Colón por el que pagan un alquiler mensual de 137.500 dólares. En este sentido nos referimos a que el ajuste no es casual, sino que tiene una intencionalidad. No hay una necesidad de recorte económico sino una firme decisión de reducir el estado poniendo en riesgo a nuestra comunidad.
En el caso del Parque Nacional Lanín, con un recorte presupuestario del 48% se reduce la cantidad de brigadistas en un 44%. Esto, lisa y llanamente significa un 44% menos en la capacidad de apagar un incendio.
Por último y sin lugar a dudas, el tema que acaparó la atención de toda la comunidad, que fue el aumento de la tarifa del transporte urbano de pasajeros. Ya en la reunión de labor legislativa habíamos adelantado nuestra postura de no votar una ordenanza, que en la situación económica crítica que estamos padeciendo, ataca directamente el bolsillo de los vecinos que menos recursos tienen.
Realizamos un análisis pormenorizado cómo impacta el congelamiento de los subsidios en el valor final de la tarifa y cuestionamos la falta de gestión del Estado Municipal para evitar trasladar el aumento al usuario, y sobre todo la pasividad del gobierno provincial, que recibe un aumento en sus regalías, producto de un dólar alto, con una explotación petrolera en crecimiento, y no propone cubrir el vacío generado por Nación.
Pero la presencia de los vecinos, los verdaderos perjudicados con la ordenanza, marcó el rumbo de la sesión. El reclamo fue claro y concreto, que no se aumente el boleto. Lamentablemente no todos están dispuestos a escuchar es voz.